Mostrando entradas con la etiqueta Poesía propia. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Poesía propia. Mostrar todas las entradas

miércoles, 13 de enero de 2016

Ego cupio artes danaorum et dona ferentes

Oráculo de Delfos consagrado como santuario al dios Apolo
 
PANEGYRICUS AD MAIOREM MEI GLORIAM
 
Si el castálido coro mi voz pudiera enardecer
y con dispares modos plagados de faunos y dríades
a mi lira pluguiesen las Musas cubrir con su clámide,
los versos que cantase vería Apolo resplandecer.
 
Cercado por burgundios en dicarqueos arenales
como aquel de Hipona que a Roma vio caer,
me veo humillado por la soberbia de quienes creen
saber que saben sin leer códices ni esforzarse.
 
Ruinas de la fuente Castalia junto al monte Parnaso en Delfos
 
Soy el enemigo dracónida de la ignorancia
o sueño serlo. Hacer amistad con Plutarco y Tácito
es mi propósito, y acompañado de Pausanias
 
viajo por la Hélade, Italia, Macedonia y África
en pos del oasis de Siwa, donde yace el oráculo
de Zeus, navegando hacia Troya como el Eácida.
 
(Poema escrito por Andrés González Déniz)
 
Éaco, Radamantis y Minos, los tres jueces del Hades

viernes, 1 de abril de 2011

Sobre la imprudencia de amarse a pesar de todo


AMOR IMPREVISOR

Cuando nos besábamos, eludíamos pensar
que nos hallábamos expuestos a ser, algún día,
dos esqueletos en el nicho de un camposanto
tras habernos corrompido infestados de larvas.

Al aproximarnos, elegíamos evitar
intuirnos viejos, demacrados, o que llegaría
el momento de no ser deseables y dar asco.
Cuando nos atraíamos, caímos en la trampa

que tiende el amor a todos los seres deseantes.
Mientras nos amábamos, construíamos una vida
nueva, aunque nada más pretendiéramos gozarnos.

Cuando evitábamos concebir con profilácticos,
nos volcábamos sobre nosotros, e intrascendida
quemó la hoguera del placer aquellos instantes.