miércoles, 12 de diciembre de 2018

Ejemplo de comentario crítico





LAS ITV QUE NOS CASCARON

A alguno de nuestros ángeles de la guarda -esas personas dedicadas al servicio público que se pasa la vida pensando en nosotros- se le ocurrió que una buena idea para cobrarnos un nuevo impuesto era establecer la obligación de pasar la inspección técnica de vehículos. Y dicho y hecho. Se crearon las ITV que nos cobran a nosotros y le pagan al Estado. Negocio redondo.
En teoría pagamos un impuesto por circular. Y un seguro obligatorio. Y quien debería controlar que lo hagamos en las debidas condiciones es la Administración Pública. Pero eso implicaría mojarse. Por eso se buscó otro sistema. Estás obligado a que una ITV diga que tu coche puede circular sin problemas, pero si al salir de la inspección coges la autopista, se te rompen los frenos y te pegas un rebencazo, no vayas a pedir responsabilidades a la ITV. Eso no es asunto suyo. O sea, el coche estaba conforme para circular, pero en lo que te pase después de que salgas de allí se lavan las manos. Casi como los seguros, que te pasas la vida pagando hasta que los necesitas, en cuyo caso descubres lo difícil que es que se hagan cargo de un siniestro.
Pero a lo que vamos. Que los trabajadores de las ITV andan diciendo por ahí que las empresas con grandes flotas de vehículos presionan para que les permitan pasar las inspecciones sin mucho problema. Eso no es ningún descubrimiento. No hace falta más que ver algunos coches de Emmsasa circulando por Santa Cruz, que parece que se caen a cachos. Pero los trabajadores dicen que está pasando con las guaguas que transportan a los niños al colegio. Y eso ya son palabras mayores.


Como resulta que los trabajadores de las ITV están a la greña con las empresas -por lo del convenio- uno sospecha que igual están cargando las tintas. Pero en todo caso se están disparando en una pata. Porque, vamos a ver ¿quién es el que firma que un vehículo pasa la ITV? Pues un trabajador. O mejor dicho, los que revisan el vehículo. Así que si alguien está dejando circular guaguas con frenos en mal estado y con niños dentro, más valdría que pusiera el trasero en remojo no vaya a ser que haya un accidente y se le caigan los palos del sombrajo. Sobre todo después de haberlo dicho públicamente.
Las ITV son cada vez más duras. El negocio es el negocio. Hay que estimular la venta de coches nuevecitos. Por eso los próximos años todo va a ser mucho más difícil para los que no han podido rascarse el bolsillo y cambiar de vehículo. A los coches diésel les va a caer la del pulpo. Y los fallos van a aparecer por todos lados, para que vayas al taller a cambiar ruedas, luces o lo que sea. Y más radares. Y más controles. Y más multas. Y venga a ordeñar que todavía queda leche. Sobre todo mala leche.

(Artículo de opinión escrito por Jorge Bethencourt y publicado por el periódico “El Día” el miércoles 19 de septiembre de 2018)


Jorge Bethencourt
Periodista

COMENTARIO CRÍTICO

YA NO SABEN QUÉ HACER
PARA SUBIRNOS LOS IMPUESTOS

El autor acierta de lleno con su análisis de la situación generada desde los últimos gobiernos con su política sobre el sector de la automoción: se trata de medidas con más afán recaudatorio que preocupación por la seguridad vial. Tanto es así que, posteriormente a la redacción de este artículo, el gobierno presidido por Pedro Sánchez con el apoyo de los populistas y nacionalistas vascos y catalanes, ha acordado reducir en todos los núcleos urbanos la velocidad máxima a 30 km/hora. Es evidente la cantidad de multas y subsiguientes ingresos al erario público que esta medida va a provocar.


El gobierno de la nación ha cometido más errores de cálculo que los denunciados por Jorge Bethencourt. Anunciar la supresión de todos los vehículos alimentados por combustibles fósiles para el año 2050 es una apuesta precipitada, contraproducente y frívola. Precipitada, porque para llevarla a cabo primero hay que dotar de puntos de repostaje a la geografía española. Contraproducente, ya que ha frenado las ventas de automóviles en un segmento productivo que da trabajo directo a 330.000 personas. Y es frívola, dado que siembra la incertidumbre entre los fabricantes y los consumidores.
Las ITV, además, se prestan a la práctica de una picaresca muy española, puesto que en unas estaciones oponen más dificultades que en otras a la hora de revisar turismos, motocicletas, autobuses y camiones. Ocurren situaciones tan rocambolescas como las de exigir documentos específicos a propietarios de coches de segunda mano que ya habían obtenido el justificante de haber superado la inspección satisfactoriamente. O incluso solicitar facturas de taller por reparaciones que en realidad hizo el anterior propietario y no el actual.
Si de verdad lo que importa es reducir la mortalidad en la carretera, deberían incidir en el estado de los vehículos y no penalizar su estética, tal como lo están haciendo, pues prohíben tubos de escape dobles y miden los alerones para sancionarlos cuando no están homologados o no vienen así de fábrica. Las ganancias que procuran no proceden sólo de la recaudación por las tasas, sino por la presión que ejercen para que los ciudadanos adquieran coches nuevos, y encima eléctricos o híbridos que, a día de hoy, son insoportablemente muy caros. El colmo es la sospecha ciudadana de que la electricidad que alimente a los nuevos medios de movilidad se produzca en industrias altamente contaminantes y con unos costes muy elevados.

(Comentario escrito por Andrés González Déniz)


Hay que reconocer que la siniestralidad
del tráfico sería mayor si las ITV no existieran

miércoles, 5 de diciembre de 2018

Prueba objetiva del primer trimestre



IES MANUEL MARTÍN GONZÁLEZ

EXAMEN DE LENGUA ESPAÑOLA

LA POLÍTICA EN UN ESCUPITAJO

Las uvas de la ira están dando en España sus mejores vinos. Exprimidas por el peso del fanatismo y de la incontinencia verbal, ayer nos ofrecieron un espectáculo inolvidable en un Congreso que, habiéndolo vivido todo, jamás había tenido tanta mediocridad. Desde la tribuna de oradores de la Carrera de San Jerónimo se han dicho muchas burradas. Largo Caballero amenazaba al Gobierno de la República con el levantamiento de las masas obreras sin saber que sería un militar el que acabaría con el sueño republicano. Y hasta un teniente coronel de la Guardia Civil mandó a todo al mundo a echarse al suelo, pistola en mano, en la última y patética intentona de acabar con la convivencia de los españoles. Pero en pocas ocasiones se había visto el permanente nivel de virulencia que nos regalan cada día.
Al ministro Josep Borrell le escupió ayer un diputado de Esquerra Republicana al marcharse de la Cámara. El interfecto aseguró después que no le había lanzado un lapo, sino que al resoplar le salieron las babas disparadas. Pero antes, Gabriel Rufián le había lanzado flemas a todo el mundo desde la superioridad moral de quien se enfrenta a los invasores de su patria.
El envilecimiento de la política roza ya límites estratosféricos. Borrell acusó a Gabriel Rufián de ir al Parlamento a verter "serrín y estiércol" porque es lo único que sabe hacer. Y este le llamó fascista e indigno. Desde las bancadas se levantaban los insultos como palomas negras. Y la presidenta del Congreso, que expulsó a Rufián, con quien se fue toda la bancada de ERC, certificó el naufragio abroncando a sus arrebatadas señorías por la degradación del ejercicio parlamentario.
No sé cuándo se olvidaron que están ahí para representar a los ciudadanos y no a sus bancadas, a sus partidos o a sus líderes. No sé en qué momento perdieron de vista que están allí para solucionarlo todo y no para encanallarlo todo. El ejercicio de la vida pública se mueve en un gigantesco vertedero de mentiras, insultos, grabaciones impresentables y trapisondas de partido. El descrédito es tan enorme que a los ojos del común de la gente todos son exactamente iguales.
Hablamos, pomposamente, de que Europa está en peligro, agrietada por el populismo italiano y el egoísmo británico. Pero lo que está en peligro es nuestra propia democracia. Cataluña se ha convertido en una pústula sangrante que no tiene cura conocida. Ante la magnitud del problema ya no vale, como decía Ortega y Gasset, "conllevarlo". Hemos pasado el punto de no retorno, como esos aviones que intentan despegar y en un momento dado ya no tienen otra que ponerse en el aire. El separatismo es una enfermedad autoinmune de España que está infectando su vida. La gente tiene cada vez más temor. Y solo escucha insultos, demagogia y extremismo. Todo bombero sabe que los fuegos o se apagan rápido o se vuelven incontrolables. Y me temo que este incendio solo acabará en cenizas.

(Artículo de opinión escrito por Jorge Bethencourt y publicado en el periódico “El Día” el jueves 22 de noviembre de 2018)


Jorge Bethencourt

CUESTIONES


1. Responde a las siguientes preguntas de comprensión lectora:

a) ¿Para qué deben estar los políticos en el Parlamento o Cámara de los Diputados?
Para representar a los ciudadanos y no a sus bancadas, a sus partidos o a sus líderes. Para aportar soluciones y no para encanallarlo todo.

b) ¿En qué se ha convertido el separatismo en Cataluña respecto a España?
En una pústula sangrante que no tiene cura.



c) ¿Cómo define el separatismo Jorge Bethencourt?
Como una enfermedad autoinmune que está infectando la vida de España.



d) ¿Qué es lo que siente la gente cada vez más?
Temor.

2. Define lo que es un texto.
Un enunciado o conjunto de enunciados, orales o escritos, relacionados entre sí que nos comunican algo y tienen sentido completo. Es la unidad máxima de comunicación.



3.¿Cómo se llaman las unidades que componen un texto?
Enunciados.

4. ¿Cuáles son las tres propiedades que debe reunir un texto?
Adecuación, coherencia y cohesión.



5. ¿Cuáles son las seis funciones del lenguaje según Roman Jakobson?
Referencial o representativa, emotiva o expresiva, conativa o apelativa, fática o de contacto, metalingüística y poética o estética.

6. ¿Cuáles son los seis elementos fundamentales del circuito de la comunicación?
Emisor, receptor, mensaje, código, canal y contexto.



7. ¿Qué son los cantares de gesta?
Largos poemas en verso que narran las hazañas de un héroe guerrero.

8. ¿Qué son las jarchas?
Breves composiciones líricas de tipo popular.



9. ¿Cuál es la estructura estrófica de los romances tradicionales?
Versos octosílabos con rima asonante en los pares: 8- 8a 8- 8ª.



10. ¿Cuánto tiempo abarcó la Edad Media?
Desde el año 476 hasta 1492, o lo que es lo mismo, desde el siglo V hasta el XV.





"Que buen vasallo si hubiera buen Señor"