(Londres, Inglaterra, 1572 - 1631)
Poeta metafísico
LOS BUENOS DÍAS
¿Qué hicimos, a fe mía, hasta el momento
de amarnos? ¿Hasta entonces fuimos niños de pecho?
¿Sorbimos, como infantes, placeres campesinos?
¿Roncamos en la cueva de los Siete Durmientes?
Tal fue, mas fantasías fueron esos deleites;
siempre que descubría una hermosura
y yo la deseaba, ya te veía en sueños.
Y ahora, buenos días a nuestros corazones
despiertos, que no osen contemplarse sin miedo;
pues Amor todo amor en las miradas rige
y en una breve estancia sabe encerrarlo todo.
Que los descubridores visiten mundos nuevos;
que mundos sobre mundos a otros muestre el mapa;
queramos sólo un mundo: lo tenemos, lo somos.
Mi rostro está en tus ojos y en los míos el tuyo,
y fieles corazones en el rostro descansan;
¿cuándo hallaremos dos mejores hemisferios,
sin el Norte glacial ni el decaído ocaso?
Cuanto muere, no estaba mezclado justamente;
si son nuestros amores uno solo, si amamos
sin mengua, no hallaremos ya la muerte.
(Retrato anónimo)
("National Portrait Gallery" de Londres)
MUERTE, NO SEAS ORGULLOSA
No te envanezcas, Muerte, aunque te llame alguno
poderosa y temible, pues no eres tales cosas.
Aquellos que tú crees abatidos
no mueren, pobre Muerte, ni a mí puedes matarme.
Del sueño y el reposo, tu imagen solamente,
muchos placeres surgen, y mayor placer debía provenir de ti.
Nuestros mejores hombres más pronto a ti se llegan.
Eres reposo de los huesos y liberación de las almas.
Esclava del destino, del azar, de los reyes y los desesperados,
habitas en el veneno, la guerra, las dolencias y la enfermedad;
pero la amapola o los hechizos pueden adormecernos tan bien
como tus golpes, y mejor aún. Así, ¿por qué te ufanas, entonces?
Pasado un breve sueño, eterna es la vigilia
y ya no has de ser más: ¡Muerte, tú morirás!
(Poemas escritos por John Donne)
(Condado de Surrey)