lunes, 16 de mayo de 2016

Hacia un mundo insensible lleno de iletrados

La familia que algunos quieren reemplazar por la tribu paleolítica
 
NADA DE REFLEXIÓN
Y SÓLIDOS VALORES

Con las elecciones del 26-J a la vuelta de la esquina, los grandes debates y cuestiones políticas vuelven a escena y, entre ellos, la sempiterna cuestión de la necesidad de un pacto educativo y la implantación de la LOMCE. Respecto a esta ley, aprobada con la mayoría absoluta del actual gobierno en funciones, son muchos más los detractores que los defensores, aduciendo motivos relacionados con la carga horaria de ciertas materias, la segregación, la reválida o su falta de consenso. En esta ocasión, nuestro objetivo se centra fundamentalmente en denunciar el trasfondo ideológico que subyace en la LOMCE, que hunde sus raíces en la crisis de la razón moderna, y arrastra incomprensiblemente a los conocimientos humanísticos y artísticos hacia lo residual.
 
La pulsión artística está siendo arrinconada por el racionalismo materialista
 
Desde comienzos del siglo XIX, el auge del faktum científico-técnico ha ido modelando paulatinamente una visión del mundo positiva y cuantitativa que ha ofrecido resultados materiales más que patentes asociados al progreso del género humano. Frente a las ciencias particulares, la filosofía, la literatura o el arte han perdido fuerza y posibilidades para lograr una explicación del mundo. Estos saberes ya no están en posesión de verdades ni interesan al sistema dominante.
 
 

Como consecuencia, el neoconservadurismo ha encontrado en los éxitos de la visión cientificista y técnica del mundo un argumento irrebatible para justificar una forma de vida (y por supuesto, de entender la educación) ligada al capitalismo, y dar el definitivo golpe de gracia a la ya debilitada razón; pero ¿a qué nos referimos cuando hablamos de crisis y debilitamiento de la razón en lo que a educación se refiere? Simplemente al intento por eliminar el pensamiento crítico y la autonomía del individuo frente a los poderes económicos, políticos y religiosos, que se traduce en un tradicionalismo plasmado, parafraseando a Jürgen Habermas, en el lema: "Nada de reflexión y sólidos valores". 
 
Jürgen Habermas
(Düsseldorf, Alemania, 1929)
Filósofo, sociólogo y profesor
 
De esta forma, es comprensible que la LOMCE arrincone descaradamente la educación de contenidos éticos y ciudadanos, artísticos o la materia de Historia de la Filosofía, potenciando la enseñanza de la religión católica. Las leyes educativas promulgadas por los partidos neoconservadores tienen como objetivo prioritario eliminar cualquier acercamiento crítico a los problemas del mundo, así como atacar toda forma de pensamiento secular. De esta manera, el pensamiento crítico se presenta como una enfermedad, una actitud obsoleta ante la vida y en peligro de extinción, una desviación propia de personas que no piensan conforme a las reglas de lo adecuado y lo correcto. Lo adecuado es el cálculo, lo cuantitativo y la descripción objetiva de los hechos, nada más.
 
Si te moldean para ser tratado como una máquina de procesar datos
sin reflexión, espérate a que te exploten sin réplica ni remisión
 
Sin embargo, una ley educativa debe buscar ante todo un aprendizaje integrador y abierto que prepare al alumnado no sólo para su inserción en la esfera profesional, sino también para dotarlo de las necesarias habilidades y destrezas críticas y reflexivas con las que enfrentarse a una realidad compleja y llena de intereses materiales. Reflejo de una forma de entender el mundo basada en el neocapitalismo, la LOMCE considera "útil" solamente aquello que produce un beneficio concreto y empresarial.
 
Donde abundan los libros se puede intentar la creación de un hogar
 
Por contra, es preciso recordar a sus impulsores e ideólogos que existe otra utilidad, la de las producciones inmateriales, la del beneficio silencioso y abstracto que enriquece al ser humano en sus dimensiones más profundas. Todo marco educativo que pretenda ser mínimamente creíble debe dar una notable cabida a la enseñanza de saberes humanísticos y críticos, los únicos capaces de desarrollar una inteligencia sensible a problemas actuales como el multiculturalismo, la pobreza estructural o los Derechos Humanos; asimismo, dichos saberes son los únicos capaces de actuar como mediadores entre la teoría y la práctica, entre el individuo y su entorno. Se trata, en definitiva, de recuperar y no perder nunca el mundo de la vida, el valor de lo humano por encima de todo interés egoísta.

(Artículo de opinión escrito por Ricardo Hurtado Simó
y publicado por “eldiario.es” el domingo 15 de mayo de 2016)
 
 Ricardo Hurtado Simó
(Sevilla, España, 1984)
Profesor universitario de Lógica y Filosofía de la Ciencia

miércoles, 11 de mayo de 2016

Sobre la erradicación de las humanidades

 
INHUMANOS
 
La liquidación de las humanidades en la educación española no es sólo un error atribuible al mercantilismo obsesivo, es, además, un modo de desarmar a la población más desamparada. Como escribe Jordi Ibáñez en su extraordinario estudio El reverso de la historia, la política educativa española, “no es que sea ni torpe ni mala, sino directamente estúpida y malvada” (página 161).
 
 
"Y ello es así porque sólo tiene dos caras: los grises tecnócratas adornados de un cinismo compasivo, o los cínicos ilusionistas que acomodan su discurso a la fabricación oportunista de una mayoría social" (página 237). En ambos casos se destruye la posibilidad de que la cultura humanista enseñe “a pensar críticamente con un pensamiento no orientado a fines meramente profesionales o técnicos” (página 141).
 
 
Jordi Ibáñez cree, como su colega Jordi Llovet y en palabras de Lévi-Strauss, que la universidad “se ha entregado a la inevitable coalición entre el infantilismo de las masas estudiantiles y el corporativismo de los funcionarios” (página 277). El resultado es el adocenamiento y la degradación educativa. Jordi Ibáñez, buen kantiano, cree en la función esencial de una educación ilustrada. Justo lo contrario de lo que expone la derecha socialista, la cual acusa de “desfachatez” a quienes rechazamos la situación mientras ellos se acunan en un ávido conformismo.
 
Libro que Félix de Azúa elogia y del que extrae citas
 
En estas elecciones debe darse prioridad absoluta a los programas educativos de cada partido. Parecen iguales, pero las exclusiones se ocultan bajo máscaras ideológicas como “integración”, “normalización”, “sexismo” o “laicismo”, meros placebos frente a un problema pavoroso: "en el año 2003, de cada cien hombres veinte eran analfabetos funcionales. De cada cien mujeres, treinta" (página 295). ¿Y hoy? Muchos más.
 
(Columna de opinión escrita por Félix de Azúa y publicada
por el periódico "El País" el martes 10 de mayo de 2016)
 
 
Félix de Azúa
(Barcelona, 1944)
Escritor, filósofo, profesor y miembro de la RAE

lunes, 9 de mayo de 2016

Preguntas sobre "La metamorfosis" de Kafka

Edición de Alianza en bolsillo
 
CUESTIONARIO

1. ¿En qué parte del día se dio cuenta Gregor Samsa de que se había convertido en un repugnante insecto?

2. ¿Qué había sobre la mesa de su dormitorio?

3. ¿A qué se dedicaba profesionalmente Gregor Samsa?

4. ¿Qué se representaba en la foto enmarcada que tenía sobre la mesa?

5. ¿Qué pensó hacer Gregor Samsa al verse en su nuevo estado?


6. ¿Por qué le parecía cansada su profesión?

7. ¿Qué era lo peor de los viajes para Gregor Samsa?

8. ¿Qué pensaba Gregor Samsa de los madrugones?

9. ¿Cuántas veces había enfermado Gregor Samsa en los cinco años que llevaba empleado?

10. ¿Qué pensaba el médico del Montepío de los hombres que causaban baja por enfermedad?

Edición de Espasa-Calpe en la "Colección Austral"

11. ¿Podía controlar el movimiento de sus patas Gregor Samsa?

12. ¿Qué parte del cuerpo intentó sacar primero de la cama Gregor Samsa?

13. ¿Qué deben anteponer los comerciantes a todo?

14. ¿Por qué Gregorio iba a trabajar estando enfermo?

15. ¿Cómo no sabría vivir Gregor Samsa?


16. ¿Qué piensa la gente de los viajantes?

17. ¿De qué son víctimas los viajantes por pasar mucho tiempo fuera de casa?

18. ¿Qué tenía en el lado izquierdo del cuerpo Gregor Samsa?

19. ¿Cuántas filas de patas tenía?

20. ¿Qué alimento empezó a no gustarle nada?

Edición para "Suma de Letras" en su colección "Punto de Lectura"

21. ¿Bajo qué mueble se ocultó al lograr salir de la cama?

22. ¿Quién lo alimentaba ahora que era un insecto?

23. ¿Qué alimento le atrajo más en un primer momento?

24. ¿Qué alimentos no le gustaban?

25. ¿Qué le ocurre al dinero para ir viviendo?


26. ¿Qué costumbre fue adoptando Gregor Samsa?

27. ¿No se cayó nunca del techo?

28. ¿Qué le hicieron a Gregor Samsa al final?

29. ¿Con qué le bombardeó su padre una vez?

30. ¿Qué impone el mundo a los desventurados?


31. ¿Dormía bien Gregor Samsa?

32. ¿Estaba limpia su habitación?

33. ¿Qué iba a parar al cuarto de Gregorio?

34. ¿Qué le resultaba extraño a Gregor de oír comer a los demás?

35. ¿A qué preferían atender en la casa antes que a él?


36. ¿Quién pidió librarse de Gregor Samsa?

37. ¿Cómo se llamaba la asistenta?

38. ¿Qué tenía incrustado en la espalda Gregor Samsa antes de morir?

39. ¿Qué crees que significa globalmente este relato?

40. ¿Cuándo escribió Kafka este cuento?

Franz Kafka
(Praga, 1883 - 1924, Kierling)
Escritor de nacionalidad austrohúngara y ascendencia judía nacido en Bohemia que escribió en alemán sobre los laberintos de la burocracia, la violencia psicológica y la alienación del hombre

domingo, 8 de mayo de 2016

Prueba sobre textos argumentativos II

 
EXAMEN DE LENGUA ESPAÑOLA
 
CONDENADOS A LA LIBERTAD
 
No hay nada más cercano a lo absoluto que la nada. No en vano Hegel subrayaba la íntima relación entre el ser y la nada. El hombre es una pasión inútil que topa con el muro del absurdo. Pero es precisamente la falta de sentido lo que nos empuja hacia lo absoluto. Es la contingencia del ser la que nos impulsa a desear la eternidad. Somos polvo de estrellas, pero queremos ser Dios. Estamos hechos de tiempo, pero ambicionamos el permanecer. Nuestro destino es la muerte, pero soñamos con la inmortalidad. De estas contradicciones fundamentales nace lo que podríamos llamar el vértigo de existir.
 
 
Georg Wilhelm Friedrich Hegel
(Stuttgart, 1770 - 1831, Berlín)
Filósofo idealista alemán
Retrato de
Jakob Schlesinger
(Worms, 1792 - 1855, Berlín)
 
La vida es un absurdo. Aceptemos esta verdad como premisa porque sólo es posible la salvación desde la conciencia del sin sentido de lo humano. Somos un breve rayo de luz que brilla en la oscuridad y luego se extingue. Los placeres son perecederos, la religión es un consuelo, los seres amados desaparecen, el mal nos acecha. ¿Cómo encontrar consuelo en la desolación que nos corroe el alma? El único alivio que nos puede ayudar a soportar la incurable enfermedad de la vida reside precisamente en erradicar toda esperanza y asumir la radical incertidumbre de existir.
 
 
Templo de Apolo en Delfos sobre cuyo frontispicio se podía leer en griego "μηδὲν ἄγαν ("meden agan"), que viene a significar: "Nada en exceso"
 
No debemos, no podemos esperar nada. La certeza de la propia degradación de las cosas, lo cual es un principio de la termodinámica, determina el terreno en el que debemos construir el frágil edificio de la vida. Todo descansa sobre la finitud, el pecado capital con el que nacemos y adquirimos el uso de la razón. Queremos elevarnos hacia el espíritu. pero en ese movimiento descubrimos que somos un producto de la materia, un conjunto de átomos y moléculas que obedecen a las leyes de la física. Intentamos apelar al entendimiento y nos topamos con que los hechos que han marcado nuestra vida se han producido por puro azar. Dios ha jugado a los dados con nosotros.
 
 
Albert Einstein
(Ulm, Alemania, 1879 - 1955, Princeton, Estados Unidos)
Dijo que "Dios no jugaba a los dados" pero recientes experimentos lo refutan
 
Baruch Spinoza afirmaba que todos somos parte de la misma sustancia, lo cual, si se piensa bien, nos reduce a la nada porque nos convierte en una parte de un conjunto regido por la necesidad, llámese Dios o Naturaleza. La lógica de la filosofía spinoziana lleva a la negación de la libertad cuando es precisamente esa condena a la finitud y la contingencia la que nos convierte en seres libres. La gran paradoja de nuestra condición es que no podemos eludir el absurdo de existir, pero tampoco podemos dejar de ser libres. La libertad no es una opción, es una obligación. A falta de esencia, estamos condenados a elegir.
 
 
Baruch Spinoza
(Ámsterdam, 1632 - 1677, La Haya)
Retrato de pintor desconocido realizado en 1665 y conservado en la "Herzog August Library" o "Bibliotheca Augusta" de Wolfenbüttel (Alemania)
 
Podemos discernir entre el bien y el mal, entre el amor y el odio, entre la justicia y el egoísmo, entre la guerra y la paz, entre la verdad y la mentira. Y esas elecciones básicas no se las podemos delegar a los demás. Aunque fuéramos torturados salvajemente, siempre nos quedaría la libertad de decir “no” en nuestro interior, de rebelarnos contra el mal que se nos impone, contra la abstracción que nos vuelve estadística. Es la pura elección necesaria y personal lo único que puede contrapesar la falta de sentido. Empezamos a construir una esencia provisional y fragmentaria cuando ejercemos nuestra libertad de ser lo que queremos ser. Formamos parte de una rara especie porque vivimos con conciencia de nuestra finitud y no podemos cambiar nuestro destino, pero a la vez somos libres de rechazar la tiranía de lo real.  Es en ese “no” donde podemos encontrar el humano consuelo que nos ayude a seguir soportando un mundo que seguirá su avance imparable hacia la nada.
 
(Artículo de opinión escrito por Pedro García Cuartango
y publicado en “El Mundo” el sábado 23 de abril de 2016)
 
 
Pedro Gracía Cuartango
(Miranda de Ebro, 1955)
Periodista y escritor
 
CUESTIONES RESUELTAS
 
1. El texto presenta una estructura redonda o encuadrada porque comienza y termina con la misma tesis. ¿Cuál es?
 
Todas las cosas en el mundo avanzan imparables hacia la extinción, de ahí la íntima relación entre el ser y la nada para Hegel.
 
2. ¿Qué paradoja o contradicción se cumple en el ser humano?
 
Somos mortales pero deseamos la inmortalidad.
 
3. ¿Qué debemos asumir en nuestras vidas?
 
La radical incertidumbre de existir.
 
4. ¿Cómo se producen los hechos que  marcan nuestra existencia?
 
La mayoría de ellos por puro azar.
 
5. ¿En qué consiste la filosofía panteísta de Baruch Spinoza?
 
En la idea de que todos somos parte de la misma sustancia, llámese Dios o Naturaleza.
 
6. ¿En qué se diferencia el razonamiento deductivo del inductivo?
 
El deductivo se produce cuando de una premisa general se deducen los datos particulares, o de las causas se deducen las consecuencias, o d ela tesis se llega a la conclusión. El inductivo se realiza cuando desde circunstancias particulares se llega a una conclusión más general, o desde las consecuencias se llega a las causas, o desde unos datos concretos se llega a una ley o principio general.
 
 
7. Localiza los nexos relativos en estas oraciones e indica cuál es su antecedente:

Es una torre desde la cual se domina el valle.
       antecedente       nexo

Recuerdo todos los juguetes que tuve de niño.
                            antecedente nexo

El camino por donde entran es muy estrecho.
  antecedente   nexo

8. Indica qué función desempeña el relativo en las subordinadas adjetivas:

El médico le puso una tirita en la herida que se hizo en la pierna
                                                                          CD

Ma gusta la manera como me mira.
                                  CCModo

Aquella fue la casa donde viví hasta los catorce años.
                                CCLugar

 9. Analiza las oraciones siguientes:

Estos son los ciudadanos a quienes se refería.
Sujeto VC    Atributo          Nexo rel. NV (pronominal)
                                                     CI

Ellos    me trajeron el café que les pedí.
Sujeto  CI    NV          CD     CD  CI  NV

10. Menciona al menos cinco obras literarias españolas decisivas en el periodo comprendido entre 1939 y 1975 con sus autores y fechas de publicación a ser posible:

La familia de Pascual Duarte (1942) de Camilo José Cela.
Hijos de la ira (1944) de Dámaso Alonso.
Nada (1944) de Carmen Laforet.
Historia de una escalera (1949) de Antonio Buero Vallejo.
Pido la paz y la palabra (1955) de Blas de Otero.
El Jarama (1956) de Rafael Sánchez Ferlosio.
Cuanto sé de mí (1957) de José Hierro.
Tiempo de silencio (1962) de Luis Martín Santos.
Cinco horas con Mario (1966) de Miguel Delibes.
La saga/fuga de JB (1972) de Gonzalo Torrente Ballester.