Jugadores de la selección española de baloncesto decepcionados por la debacle ante Francia en el "Campeonato del Mundo FIBA 2014" que la dejó relegada a una nada despreciable quinta posición
DESASTRE A MEDIAS
Como esta Diada me ha parecido más el sucedáneo que el prólogo de la famosa
consulta soberanista, con flores en vez de urnas, prefiero hablarles de la
salida intempestiva de nuestra selección de baloncesto del Mundial en
marcha. A algunos les parecerá exagerado hablar de desastre. Pero dada la
importancia del deporte hoy, y, sobre todo, que no se trata de un caso aislado,
sino de la última de una serie de derrotas, pienso que encaja tan
ominoso adjetivo.
Llueve
sobre mojado. Más humillante fue nuestra eliminación en la primera ronda del
Mundial de fútbol, partiendo como campeones. Y triste, muy triste, es ver desarbolada
como la Invencible nuestra «armada» tenista en los principales torneos,
tras la retirada de Nadal por lesión. Por no hablar de la sequía de medallas
en atletismo, después de haber dominado durante años la considerada «prueba
reina», los 1.500 metros, y quedarnos, como consolación, la marcha o el
triatlón. Algo está fallando en nuestro deporte, tras una generación de
campeones en las más distintas disciplinas. ¿Envejecimiento, falta de
preparación, errores tácticos? Luego hablaremos de ello, porque antes hay
que subrayar un hecho no menos importante y, por fortuna, más gozoso.
Integrantes de la selección española de fútbol abatidos tras la derrota frente a Chile por dos a cero que significó su eliminación de la "Copa del Mundo FIFA 2014" celebrada en Brasil
Me
refiero al despliegue impresionante de nuestras atletas de un tiempo acá.
Las nadadoras se han traído un montón de medallas de los campeonatos de Europa,
mientras que los nadadores no se han traído ninguna. Ruth Beitia es la mejor
saltadora del continente. En fútbol y baloncesto se baten con las mejores,
y les ganan. Incluso en ese deporte sin apenas arraigo en nuestro país que es
el bádminton, tenemos una campeona del mundo, tras derrotar a las
asiáticas, que lo practican por millones. ¿Cómo es posible, se
preguntarán ustedes, si se presta mucha menos atención al deporte femenino que
al masculino?
La
única explicación es que las españolas le echan mucho más trabajo, entrega y
afán que sus colegas masculinos. No sólo en deportes, sino en todas las demás
actividades. Ya hay más universitarias que universitarios, y además sacan
mejores notas. Es una lástima que las
estadísticas no incluyan los ni-ni por sexos, pues estoy seguro de que hay
muchos más chicos que chicas que ni estudian ni trabajan. A ellas no se les
caen los anillos por aceptar un empleo por debajo de su preparación o cobrando
menos. Están acostumbradas.
Cómo
se ha llegado a ello se comprende con la escena que habrán visto a menudo, si
son usuarios del metro, como yo: en un vagón con solo un asiento libre,
entra una señora con un hijo y una hija. No hace falta que la madre le diga al
crío que lo ocupe, porque él toma posesión del mismo como si le perteneciese,
mientras la madre y la hija se quedan de pie. ¿Cómo van esos niños, cuando
sean mayores, a competir, en deportes o en el mercado, no ya con un francés o
un alemán, sino con un chino o un coreano, nuestros competidores en el siglo
XXI? Menos mal que nos quedan las españolas.
(Artículo de opinión escrito
por José María Carrascal y publicado
por el periódico “ABC” el viernes 12 de septiembre de 2014)
José María Carrascal Rodríguez
(El Vellón, Madrid, 1930)
Escritor y periodista
TEMA:
El
imparable avance de la mujer en todos los ámbitos.
SUBTEMAS
O TEMAS SECUNDARIOS:
- Fracaso masculino y éxito femenino en el deporte español.
- Abnegación femenina y afán de superación en la raíz de sus logros.
- Retroceso masculino, especialmente en el terreno educativo y el laboral.
RESUMEN:
Las
selecciones masculinas de baloncesto, fútbol y tenis, además de los mejores
atletas y nadadores españoles, han sufrido últimamente derrotas que nos hacen
preguntar cuáles serán las causas. En comparación, las representantes españolas
están obteniendo éxitos incluso en deportes tan minoritarios como el bádminton.
Este hecho es un síntoma de lo que ocurre también en el mundo laboral y
universitario. Las mujeres parece que se están esforzando más, mientras que los
hombres se han acomodado.
En el competitivo mundo actual los hombres se están quedando atrás
COMENTARIO
CRÍTICO:
El
articulista demuestra dotes de observación al extraer consecuencias generales
de una anécdota contemplada en el metro de Madrid. A partir de ésta, nos indica
que muchos niños están siendo sobreprotegidos por sus madres, un factor a tener
en cuenta para explicarnos la involución en todos los campos que se aprecia en
la población masculina.
Comienza
utilizando la ironía al equiparar los votos con las flores en el día de la
celebración nacional de Cataluña. Desde luego, cometen un error grave los
partidarios de la independencia si creen que alcanzándola su vida se va a convertir
en un lecho de rosas. Imagino su amarga decepción dentro de unos años si llegan
a conseguirla. Un país pequeño lo es en todas sus dimensiones, indefectiblemente
también en la económica.
Mireia Belmonte García
(Badalona, 1990)
Medallista y recordwoman mundial en natación
En
cuanto a los fracasos deportivos, Carrascal menciona tres causas probables:
falta de entrenamiento, vejez sobrevenida en los atletas o errores en la
estrategia cuando se trata de jugar en equipo. Sin embargo, al referirse a los
éxitos femeninos, no hace mención alguna al porcentaje que en estos triunfos
pueda haber tenido el dopaje, un mal tan extendido en el deporte. Si tenemos en
cuenta que el doping del futuro
inmediato va a ser genético, y por lo tanto, indetectable, mal asunto será éste
para ofrecer una imagen limpia y saludable en nuestros deportistas de élite.
Por
ahora, los medicamentos que enmascaran las drogas ingeridas ponen bajo sospecha
cualquier medalla o trofeo logrados, tema espinoso sobre el cual la prensa
española no tiene el menor interés en indagar a fondo. Y si nos referimos a la
mejora de resultados que las mujeres están obteniendo en los sectores de la
educación y el empleo, los datos no engañan. Psíquicamente maduran antes que
los hombres. Eso les da una cierta ventaja y han sabido meritoriamente
aprovecharla.
"El futuro será mujer o no será"
André Malraux
(París, 1901 - Créteil, 1976)
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