viernes, 27 de marzo de 2020

Cuando los deseos no se corresponden con la realidad


Coronavirus de Wuhan COVID-19
 
LO QUE NO SABEMOS
QUE NO SABEMOS
 
Lord Kelvin, un científico británico eminente, dijo en una conferencia en 1900: «Ya no hay nada nuevo que descubrir en la física. Lo único que nos resta es hacer mediciones cada vez más exactas». Pocos años después, la teoría de la relatividad de Einstein y la irrupción de la física cuántica pusieron en evidencia que Kelvin estaba totalmente equivocado. Muchos de los principios que este investigador daba por indiscutibles son hoy cuestionados o son explicados mediante saberes que no existían hace medio siglo. Por ejemplo, el descubrimiento de los quarks o del bosón de Higgs han cambiado nuestra concepción sobre la estructura de los átomos. Hoy se admite que más del 90% del Universo está formado por una materia y una energía oscura de las que lo ignoramos todo. Donald Rumsfeld, el halcón de Bush, decía una frase que ilustra muy bien lo que nos está sucediendo: «Sabemos lo que conocemos. Y también sabemos que hay cosas que no conocemos. Pero también está lo que no sabemos que no conocemos».
 
 
Y esta pandemia del coronavirus se encuadra en este último concepto. No sabemos el origen del contagio, por qué es tan rápido en su propagación, por qué afecta a unas personas y a otras no, por qué España tiene un nivel de casos muy superior al de otros países europeos y tampoco existe un tratamiento efectivo o una vacuna que lo combata. En resumen, cuando estalló la pandemia, no sabíamos lo que no sabíamos. El tiempo ha puesto en evidencia a los muchos expertos y epidemiólogos que hace un mes predecían que el coronavirus sería controlado y que España tenía un sistema sanitario que nos permitiría afrontarlo con pocos daños. Yo me lo creí. La pregunta es: ¿esos técnicos hablaban en nombre de la ciencia o se dejaban llevar por lo políticamente correcto? Si lo segundo es cierto, eso impidió tomar unas medidas que probablemente hubieran contenido la expansión del virus.

 
Una de las consecuencias de esta crisis sanitaria es que los expertos han perdido buena parte de su credibilidad. Contra lo que sostienen algunos, ha quedado demostrado que se ocultaban detrás de la ciencia para tapar su desconocimiento. No es momento de buscar responsabilidades ni de extremar la crítica, pero es imposible ignorar que muchas de las cosas que dijeron algunos políticos y de las promesas que realizaron, con el aval de pretendidos científicos, han quedado desmentidas por la realidad.
Así como ha habido gestos de abnegación y solidaridad encomiables, sobre todo, en el personal sanitario, han sobrado verborrea, declaraciones grandilocuentes y ruedas de prensa en las que la propaganda desplazó a los hechos. No dudo de que esas personas han actuado con la mejor voluntad, pero el contraste entre las previsiones y los resultados es demoledor. No solamente no nos advirtieron sino que nos hicieron creer que no iba a pasar nada. Pero ha pasado. Tiempo habrá de analizar las responsabilidades de cada uno. Ahora hay que cerrar filas.
 
(Artículo de opinión escrito por Pedro García Cuartango y publicado por el periódico "ABC" el viernes 27 de marzo de 2020)
 
Pedro García Cuartango
(Miranda de Ebro, Burgos, 1955)
Periodista y escritor

domingo, 15 de marzo de 2020

Igualados y unidos contra el coronavirus

 
 
Coronavirus COVID-19

¿ES ESTE VIRUS
DE IZQUIERDA O DERECHA?
 
Un aspecto evidente es de derecha: ha reintroducido distancias castas entre nosotros impidiendo que nos besuqueemos, abracemos o estrechemos la mano. Es, además, furiosamente libertario: nos ha hecho supremamente individualistas, sospechosos de la vida en común, misántropos. Un tercer elemento lo emparenta con la diestra ideológica: ha realzado aun más la tecnología, hija de la innovación y la visión empresarial, en nuestras vidas. Hay un bistró en Washington al que va una pareja los fines de semana; en lugar de conversar, «chatean» entre ellos durante la cena. Esa pareja prefiguraba, sin saberlo, el mundo del virus, el de la comunicación muda. Cuarta característica: el virus odia la migración, como la derecha (con excepciones). Cerrar una frontera para humanos da un placer orgásmico a cierta derecha. Quinta característica de derecha: los encierros domésticos quizá disparen la tasa de natalidad.
 

Pero el virus ha facilitado un apogeo del poder del Estado. Los gobiernos han concentrado un poder sobre nosotros desmedido y feroz: nos incomunican, amenazan e intimidan, arruinan industrias con sus decisiones antivirales y ahora van a gastar más de lo mucho que ya gastaban. El campeón del estatismo es la izquierda, por tanto un punto para la zurda. El virus es, además, aparentemente igualitarista, un igualador social que jaquea a ricos y pobres, poderosos y desvalidos. Ya sabemos que, en la justicia social de la izquierda, como en la granja de Orwell, unos son más «iguales» que otros, pero ese otro asunto. Tercer rasgo de izquierda: el odio a la globalización económica. Cerrar una frontera económica da placer orgásmico a la izquierda, proteccionista empedernida. La disrupción que los cierres de frontera están provocando en la cadena internacional de suministros y en el comercio es de izquierda. Cuarto rasgo: el virus impide todas las asambleas humanas, menos las marchas feministas. Por último, el virus está provocando tensiones en las parejas que no comparten la misma dosis de pánico. Las separaciones y divorcios son más bien de izquierda.
 
Un virus de origen asiático que se originó en la ciudad de Wuhan y no parecía en principio que fuera a traspasar las fronteras de China ni adquiriera tanta gravedad
 
Empate 5-5. ¿Y el desplome de la economía por el virus? Por el virus... y las decisiones de los gobiernos, que lo han empeorado. Cae la oferta porque se produce menos en vista de las disrupciones productivas y cae la demanda porque la gente sólo compra víveres (algunos nostálgicos del calor humano incluyen los condones en esa definición). Si hay empate a cinco en las características principales, lo hay en las consecuencias económicas. Desempatemos. ¿Cómo? Digamos que China, que a pesar de ser capitalista está bajo un partido comunista, agravó las cosas al ocultar mucha información. ¿Sexto rasgo de izquierda? Pero es muy probable que la vacuna la desarrolle, en un país capitalista, una empresa privada. Empate a 6. Lo siento: el virus es ideológica y tercamente ambidextro y hermafrodita.
 
(Artículo de opinión escrito por Álvaro Vargas Llosa y publicado por el periódico “ABC” el domingo 15 de marzo de 2020)
 
Álvaro Vargas Llosa
(Lima, Perú, 1966)
Escritor y periodista

lunes, 9 de marzo de 2020

Resulta pedagógico recordar lo obvio

 
Macarena Olona Choclán
(Alicante, Comunidad Valenciana, 1979)
Abogada del Estado y diputada
 
"El hombre no viola, viola un violador"
 
"El hombre no maltrata, maltrata un maltratador"
 
"El hombre no mata, mata un asesino"
 
"El hombre no humilla, humilla un cobarde"
 
(Frases pronunciadas por Macarena Olona el 8 de marzo en el Palacio de Vistalegre situado en el distrito de Carabanchel y publicadas por "El Mundo" el lunes 9 de marzo de 2020)
 
La política de izquierdas, en lugar de salvar la vida de mujeres que siguen siendo asesinadas, parece solamente repercutir en culpabilizar al género masculino sin ambages

lunes, 2 de marzo de 2020

El mejor futbolista de la UD Las Palmas


Miguel Ángel Brindisi de Marco
(Buenos Aires, 1950)
Medio volante ofensivo
 
MIGUEL ÁNGEL BRINDISI
 
Acompañaba el sonido del arpa a su juego,
una armonía de pases y asistencias de gol.
Fue el undécimo argentino más goleador
del fútbol albiceleste sin ser él un delantero.
 

Miguel Ángel Brindisi, Carlos Morete y Daniel Carnevali
 
Como altruista Prometeo que robara el fuego
de los aficionados, a todos nos encandiló.
Del Atlético Huracán hacia Las Palmas partió
como un astro rutilante en todo su apogeo.

 
Dirigiendo al equipo contra el Atlético de Madrid
 
Desde la línea de fuera de banda proyectó
una vez un centro que penetró en la portería
de Mora en una final de la Copa. Ocurrió
 
Controlando el esférico contra el RCD Español

 en mil novecientos setenta y ocho, y diría
que es cierto, el tiempo lo ciega todo, pero no
podrá borrar de la memoria aquel divino día.


(Poema escrito por Andrés González Déniz)

 

Ganando el campeonato de liga en Argentina junto a Maradona