viernes, 30 de julio de 2021

El que pudiera llegar a ser mi último libro


La cubierta muestra el Partenón ordenado construir por Pericles en Atenas

FRAGMENTO DEL PRÓLOGO

Siento pasión por la antigüedad y por el raciocinio. De ahí la sobriedad austera de mi dictum. Encontrar quien lo aprecie es tarea imposible. No tengo un hermano gemelo en gustos. He perdido la esperanza de hallar aprobación a lo que escribo. No debo hacerlo para nadie más que para mí mismo. Estoy solo. Los libros escogidos son mis únicos amigos. Ya no espero cautivar. Los sueños de éxito se han desvanecido. Ni tan siquiera me apetece releer lo escrito. Toda mi escritura se decide en el silencio y la quietud de la reposada lectura. Medito. Me estimula el recuerdo de Petrarca desplomándose muerto sobre sus pergaminos. Admiro a Séneca. Trato de emular a Tácito. Plutarco y Borges son mis ídolos. Busco atrapar una vislumbre de claridad en el oscuro laberinto de los sucesos ocurridos. Rebusco en la intrahistoria. Husmeo libros antiguos. Me impulsa la idea estética de la belleza hecha con palabras. Escribir es tratar de acercarse a la verdad indagándola por el camino.

(© Andrés González Déniz, Prosas impropias, Círculo Rojo, 1ª edición, julio, 2021)

lunes, 19 de julio de 2021

Esclareciendo las cosas tal como son



PAX ANIMAE

¡Ni una palabra de dolor blasfemo!
Sé altivo, sé gallardo en la caída
y ve, poeta, con desdén supremo
todas las injusticias de la vida.

No busques la constancia en los amores,
no pidas nada eterno a los mortales
y haz, artista, con todos tus dolores,
excelsos monumentos sepulcrales.

En mármol blanco tus estatuas labra,
castas en la actitud, aunque desnudas,
y que duerma en sus labios la palabra
y se muestren muy tristes, pero mudas.

¡El nombre! Débil vibración sonora
que dura apenas un instante. ¡El nombre!
¡Ídolo torpe que el iluso adora!
¡Última y triste vanidad del hombre!

¿A qué pedir justicia ni clemencia
—si las niegan los propios compañeros—
a la glacial y muda indiferencia
de los desconocidos venideros?

¿A qué pedir la compasión tardía
de los extraños que la sombra esconde?
¡Duermen los ecos en la selva umbría
y nadie, nadie, a nuestra voz responde!



En esta vida el único consuelo
es acordarse de las horas bellas
y alzar los ojos para ver el cielo
cuando el cielo está azul o tiene estrellas.

Huir del mar y en el dormido lago
disfrutar de las ondas en reposo.
Dormir, soñar. El sueño, nuestro mago,
es un sublime y santo mentiroso.

¡Ay! Es verdad que en el honrado pecho
pide venganza la reciente herida,
pero perdona el mal que te hayan hecho:
¡todos están enfermos de la vida!

Los mismos que de flores se coronan,
para el dolor, para la muerte, nacen.
Si los que tú has amado te traicionan,
perdónalos, no saben lo que hacen.

Acaso esos instintos heredaron
y son los inconscientes vengadores
de razas o de estirpes que pasaron
acumulando todos los rencores.

¿Eres acaso el juez? ¿El impecable?
¿Tú la justicia y la piedad reúnes?
¿Quién no es fugitivo responsable
de alguno o muchos crímenes impunes?



¿Quién no ha mentido amor y ha profanado
de un alma virgen el sagrario augusto?
¿Quién está cierto de no haber matado?
¿Quién puede ser el justiciero, el justo?

¡Lástimas y perdón para los vivos!
Y así, de mansedumbre llenos,
seremos cariñosos, compasivos
y alguna vez acaso, acaso, buenos.

¿Padeces? Busca a la gentil amante,
a la impasible e inmortal belleza,
y ve apoyando, como Lear errante,
en tu joven Cordelia la tristeza.

Mira: se aleja el perezoso día.
¡Qué bueno es descansar! El bosque oscuro
nos arrulla con lánguida armonía.
El agua es virgen. El ambiente puro.

La luz, cansada, sus pupilas cierra.
Se escuchan melancólicos rumores
y la noche, al bajar, dice a la tierra:
¡Vamos, ya está, ya duérmete, no llores!

Recordar, perdonar, haber amado...
Ser dichoso un instante, haber creído
y luego reclinarse fatigado
en el hombro de nieve del olvido.



Sentir eternamente la ternura
que en nuestros pechos jóvenes palpita
y recibir, si llega, la ventura
como a hermosa que viene de visita.

Siempre escondido lo que más amamos.
Siempre en los labios el perdón risueño
hasta que al fin, ¡oh tierra!, a ti vayamos
con la invencible laxitud del sueño.

Ésa ha de ser la vida del que piensa
en lo fugaz de todo lo que mira,
y se detiene, sabio, ante la inmensa
extensión de tus mares, ¡oh mentira!

Corta las flores mientras haya flores,
perdona las espinas a las rosas.
También se van y vuelan los dolores
como turbas de negras mariposas.

Ama y perdona. Con valor resiste
lo injusto, lo villano, lo cobarde.
Hermosamente pensativa y triste
está al caer la silenciosa tarde.

Cuando el dolor mi espíritu sombrea,
busco en las cimas claridad y calma
y una infinita compasión albea
en las heladas cumbres de mi alma.

(Poema escrito por Manuel Gutiérrez Nájera)


Manuel Gutiérrez Nájera
(Ciudad de México, 1859 - 1895)
Escritor, periodista y poeta modernista

jueves, 8 de julio de 2021

Aquel rap de cuando tenía futuro el rock


Adriano Celentano
(Milán, Italia, 1938)
Cantante, compositor, bailarín y actor

PRISENCOLINENSINAINCIUSOL

Prisencolinensinainciusol.
You are the cool men seivuan
prisencolinensinainciusol, all right!

With the same I choose now hop in the same
then I hold men baby in de colobos dai.
Brrr! Chance is the man beghin de col
bebi stei ye push yo, oh!

With the same I choose now all hope in the same,
then I hold red men, baby, in the colobos died.
When is de seim if you are in the club, James Dean,
you never travel lovgiai fever the gen.

You don’t come on not cius no way for lov so
hop, hop, giast cam lau ue cam no time.
Oping tu stei laik cius go mo men
you are because tue men cold do pretty girls.
Oh, something!

Ai, ai smai sesler,
any els so co uil piso, ais.
You are the cool men seivuan
prisencolinensinainciusol, all right!


Memorable interpretación coreografiada de Adriano Celentano y Rafaella Carrà en una actuación televisiva de 1972 presentando el tema al público de las grandes audiencias

Ai, ai smai senflecs,
any go for doing piso, ai.
Prisencolinensinainciusol, all right!

Well ai sint no ai giv de sint
laik de cius nobodi oh have a good time lev feis go.
With de seim et seim cius go no ben
let de cius end kai for not de grass giast stei.

Ai, ai smai senflecs,
any go for doing peso, ai.
You don´t call the mein the seivuan
prisencolinensinainciusol, all right?

You nei si not sicidor.
as baby like dike just bring me all.
Ai, ai smai senflecs,
any go for doing piso, ai.

You are the cool man seivuan
prisencolinensinainciusol, all right!
You lu nei si not sicodor,
as baby like dike just bring me all.

(Canción compuesta por Adriano Celentano e interpretada por él mismo en un disco sencillo de 1972. Posteriormente se incluyó en el álbum “Nostal Rock” que vio la luz en 1973)


Adriano Celentano y Rafaella Carrà llenaron de fuerza y vida el primer rap de la historia cuya letra es un brillante ejemplo de glosolalia alegre pero carente de significado