martes, 7 de octubre de 2014

Clases, modalidades o secuencias textuales


LAS MODALIDADES TEXTUALES

(TIPOS DE TEXTO SEGÚN SUS CARACTERÍSTICAS LINGÜÍSTICAS)

INTRODUCCIÓN

Los textos presentan cuatro modalidades textuales básicas: narración, descripción, exposición y argumentación. Pueden aparecer solas o combinadas, tanto en la lengua oral como en la escrita, y están presentes en todas las clases de textos según su ámbito de uso: textos literarios, científicos, técnicos, humanísticos, jurídicos, administrativos, periodísticos y publicitarios. El texto dialogado, de frecuente aparición en las narraciones, podría considerarse una quinta modalidad propia del teatro, y por tanto, más concebida para su representación escénica que para su lectura.


El maravilloso poema homérico significa el cimiento literario de la civilización europea y occidental. Consiste en veinticuatro cantos escritos en el siglo VIII a. de C. que recogían una tradición oral previa. Es el paradigma de la narración escrita en verso por excelencia

TEXTOS NARRATIVOS

La narración consiste en el relato de unos hechos o acciones que suceden en un tiempo y espacio determinados afectando a unos personajes. Puede ser real o ficticia. Su finalidad es la de informar, entretener, explicar o persuadir. Se trata de la modalidad más frecuente en los actos comunicativos, y especialmente en los textos literarios. Suele incluir descripciones de espacios y personajes además de diálogos.
Los elementos básicos de la narración son los personajes, las acciones, el espacio y el tiempo. La estructura básica de una unidad narrativa es la de un estado o situación inicial como punto de partida, un conflicto o peripecia que altera esa situación o la desarrolla, y una resolución o desenlace que desembocará en unj estado o situación final.
Las funciones del lenguaje predominantes en la narración vienen a ser la referencial o representativa, puesto que relata acontecimientos de la realidad extralingüística; y la poética o estética, dado que emplea recursos expresivos y organiza la historia relatada de una manera peculiar.
A nivel morfosintáctico la narración utiliza predominantemente para el relato de acciones las frases enunciativas y los verbos predicativos, las oraciones coordinadas (copulativas y adversativas), o las subordinadas de tiempo, causa, consecuencia y finalidad. Para situar los hechos en el tiempo y el espacio recurre, sobre todo, al uso del pretérito perfecto simple (amé) y el pretérito perfecto compuesto (he amado), el pluscuamperfecto (había amado) y el presente de indicativo (amo), así como también a los complementos circunstanciales de tiempo y lugar. Para presentar enunciados o pensamientos hace uso del estilo directo (“Ya no vendrá”, me dijo), indirecto (Me dijo que no quiere verme más), e indirecto libre (No quería verme más).
En el nivel léxico-semántico la narración recurre a los verbos de acción (gritar, llorar, partir…) y movimiento (ir, venir, salir, entrar…), los pronombres anafóricos (demostrativos: este, ese, aquel…, posesivos: mío, tuyo, suyo, nuestro, vuestro…, personales: yo, tú, él, nosotros, vosotros, ellos, lo, la, le, les, los, las, me, te, se…), los adjetivos descriptivos (arrogante, moreno, cariñoso, alto, confiado, introvertido…) y especificativos (elegante, limpio, cómodo, ameno), la deixis (personal, temporal y espacial), además de los adverbios de tiempo, modo y lugar para relatar las acciones, mientras que para reproducir enunciados utiliza verbos de lengua o declarativos (decir, exclamar, responder, aclarar, preguntar, replicar, contestar…).
Los textos narrativos se valen de conectores como mecanismos de cohesión o marcas que ordenan el progreso del discurso (marcadores de apertura: en primer lugar… en segundo lugar, de un lado… por otro, por una parte… por otra, etc.; marcadores de continuidad: igualmente, después, del mismo modo, etc.; marcadores de cierre: por último, definitivamente, finalmente, en conclusión, etc.), y las marcas que conectan argumentos (conectores de actitud: desgraciadamente, afortunadamente, por suerte…; conectores de adición o añadidura: incluso, además, y es más…; conectores de comparación: tanto como, al igual que, así mismo…; etc.).



TEXTOS DESCRIPTIVOS

La descripción es la representación lingüística de objetos, seres, sentimientos, paisajes o procesos, reales o ficticios. Sus fines son los de informar, explicar y argumentar. Suele ser complementaria de las otras modalidades textuales: la narración, la exposición y la argumentación.
En este tipo de textos se describen cualidades, partes, funciones, circunstancias espacio-temporales y relaciones de un objeto o ser con respecto a otro. La perspectiva del emisor puede ser objetiva (textos científicos, técnicos, instructivos, informativos) o subjetiva (textos literarios, epistolares, periodísticos de opinión). Si el objeto descrito y el emisor permanecen inmóviles, la visión será pictórica; si el objeto es móvil y el emisor inmóvil, la visión será cinematográfica; y si el objeto aparece inmóvil y el emisor en movimiento, la visión se denominará topográfica.
Las funciones del lenguaje predominantes en la descripción vendrán a ser la referencial (si la descripción es objetiva), o la expresiva y la poética (si la descripción es subjetiva).
A nivel morfosintáctico en los textos descriptivos predominan las oraciones enunciativas con un alto índice de verbos atributivos, sustantivos, sintagmas nominales, aposiciones, adjetivos o construcciones equivalentes. los verbos más frecuentes aparecen en tiempo presente (amo) o pretérito imperfecto de indicativo (amaba). Se utilizan con profusión los complementos circunstanciales de lugar, tiempo y modo. El emisor tiende a desaparecer tras la 3ª persona verbal, aunque a veces se incluye en la 1ª persona del llamado plural de modestia con intenciones didácticas cuando la descripción es objetiva. En la descripción subjetiva hay referencias al emisor con el uso de la 1ª persona en pronombres, verbos y determinantes posesivos, pudiendo hacer acto de presencia las oraciones exclamativas.
Desde el punto de vista léxico-semántico se usan verbos de naturaleza, estado o pertenencia, adjetivos especificativos, descriptivos o de relación y pertenencia, el presente atemporal, tecnicismos y un léxico preciso con carácter denotativo si la descripción es objetiva. Si es subjetiva, se observarán adjetivos explicativos y ponderativos o valorativos, un léxico connotativo y el apropiado empleo de recursos expresivos.



TEXTOS EXPOSITIVOS

La exposición es la explicación o desarrollo de un tema de forma clara, ordenada y coherente. Puede ser oral o escrita y aparecer combinada con la argumentación, la narración y la descripción. Su finalidad es transmitir información. Su estructura básica responde a la presentación de un tema que luego es desarrollado hasta alcanzar una conclusión. Su orden es deductivo cuando parte de afirmaciones generales para llegar a casos particulares, e inductivo cuando se plantean casos particulares para llegar a una afirmación general. La función del lenguaje más frecuente en la exposición es la referencial, dado su carácter informativo y formal. En el nivel morfosintáctico emplea oraciones enunciativas e interrogativas con fines didácticos, la tercera persona verbal y la primera persona del plural para incluir al receptor, las oraciones impersonales (“Se habla mucho del virus del ébola”) y las construcciones pasivas reflejas (“En 1939 se hundió el Admiral Graf Spee”), todo ello para expresar objetividad, mientras que para desarrollar la explicación recurre a sustantivos, sintagmas nominales, incisos aclaratorios, aposiciones, adjetivos o estructuras equivalentes, subordinadas causales, finales y consecutivas. En el nivel léxico-semántico utiliza el presente de indicativo con sentido atemporal y un léxico denotativo con abundancia de conceptos abstractos y tecnicismos.



TEXTOS ARGUMENTATIVOS

La argumentación es una secuencia textual en la que se articulan razones para justificar o demostrar una determinada afirmación. Se plantea sobre opiniones, creencias y valoraciones polémicas en las que puede haber discrepancias. Puede formar parte de los textos expositivos y está presente en distintos géneros orales y escritos. Su finalidad es convencer o persuadir al receptor para que actúe o esté de acuerdo con lo que se afirma, por lo que predominará la función conativa o apelativa en este tipo de textos.
Su estructura básica consta de cuatro partes: tema, tesis, desarrollo y conclusión. Los tipos de textos más comunes son los de causa, analogía o comparación, contraste, consecuencia, de autoridad, de ejemplificación, de datos, de verdad evidente y de generalización. Los argumentos falsos se denominan falacias porque pretenden ser válidos y no lo son. Existen falacias de ataque personal (argumentos ad hominem: “ese hombre no sabe lo que dice”), de recurso a la compasión (“no se lo digas a nadie, sería fatal”),  de falsa relación de causalidad (“no juego porque el entrenador me tiene manía”), de falsa autoridad (“me lo dijo mi mejor amiga”), de generalización (“todos los hombres son iguales”), de circularidad (“es así porque así es”) y de argumentación demagógica (“si me votáis os solucionaré los problemas”).
A nivel morfosintáctico el desarrollo argumentativo se vale de oraciones enunciativas a veces complejas (sobre todo coordinadas adversativas y subordinadas) e interrogativas. Entre las subordinadas a las que recurre con más frecuencia están las adjetivas, causales, consecutivas y condicionales. Para expresar objetividad usa la 3ª persona o la 1ª del denominado plural de modestia con la intención de implicar al receptor. Cuando trata de expresar subjetividad recurre a las oraciones interrogativas y a las imperativas.
A nivel semántico emplea con profusión verbos alusivos al discurso y al razonamiento, a consecuencias y causas. Su léxico es variado y abundan los sustantivos abstractos, los tecnicismos, los adjetivos especificativos descriptivos o valorativos y los adverbios modales ponderativos (seguramente, probablemente, ciertamente…). Suele emplear recursos expresivos de carácter literario. Los principales marcadores del discurso argumentativo son los ordenadores (en primer lugar/en segundo lugar, por un lado/por otro lado, principalmente/finalmente), comentadores (pues bien, así las cosas, de modo que), digresores (por cierto, a propósito, precisamente), consecutivos (por tanto, por consiguiente, así pues), contraargumentativos (por el contrario, en cambio, no obstante), explicativos (o sea, es decir, mejor dicho, más bien), distanciadores (en todo caso, en cualquier caso, de cualquier manera), recapitulativos ( en conclusión, en definitiva, al fin y al cabo, en resumen), de concreción (por ejemplo, en particular) y de actitud (desgraciadamente, afortunadamente, menos mal que).



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