lunes, 27 de octubre de 2014

Taxonomía oracional según el emisor


CLASIFICACIÓN DE LAS ORACIONES SEGÚN EL MODUS O LA ACTITUD DEL HABLANTE

1. Enunciativas o declarativas:
En ellas el emisor informa de un hecho afirmándolo o negándolo. Vienen a ser aquéllas a las que en general se les puede dotar de un valor de verdad. Se dividen —según contengan elementos de negación o no— en afirmativas y negativas. Ejemplo: “La biología es la ciencia de la naturaleza” / “La bilogía no es un pasatiempo”. Su función predominante es la referencial o representativa.

2. Exhortativas o imperativas:
En éstas el emisor se dirige al receptor por medio de órdenes o ruegos.  Son las que en general no tienen un valor de verdad asignable, ya que no reflejan un estado de hechos. Las oraciones exhortativas también se conocen como oraciones imperativas. Se caracterizan por la entonación. Este tipo de oraciones expresan un consejo, ruego, mandato o prohibición. Los indicadores de la modalidad en este tipo de oraciones son el uso de las formas verbales en imperativo y en subjuntivo. Ejemplos: “¡Escuchad esta noticia!” / “¡Escúchenme de una vez!”. Predomina en ellas la función apelativa o conativa.

3. Exclamativas:
Manifiestan la subjetividad del hablante, la valoración de un hecho. No tienen un valor de verdad y sí una finalidad expresiva. El hablante suele expresar sus sentimientos de alegría, dolor, admiración, sorpresa, etc. Expresan afectividad,  emoción. El indicador de modalidad que interviene en estos tipos de oraciones es la entonación. Ésta nos ayuda a distinguir la oración exclamativa del resto de oraciones, pues siempre aparece con signos de exclamación, por ejemplo: “¡Qué bonito día hizo ayer!”. Es característicamente suya la función expresiva o emotiva.


Esta clasificación atiende exclusivamente al punto de vista del emisor

4. Interrogativas:
Con ellas el hablante formula una pregunta al oyente. Tampoco tienen valor de verdad, sino que sirven para pedir información. Pueden ser totales (si preguntan por la totalidad del enunciado, tienen entonación ascendente y se responden sí o no: “¿Ha salido Juan?”) o parciales (si preguntan por una parte del enunciado, se construyen con pronombres o adverbios interrogativos y tienen entonación descendente: “¿Quién ha salido?”). Las interrogativas directas se construyen sin depender de verbos introductores (“¿Quién viene hoy?”), mientras que las indirectas vienen a complementar un verbo de entendimiento o habla (“Dime quién viene hoy” / ”Pregúntale qué quiere”). En las lenguas indoeuropeas es frecuente que las oraciones interrogativas empiecen con un elemento pronominal dislocado al principio de la frase e inviertan el orden del sujeto y el verbo (“¿Qué está diciendo ese hombre en voz alta?”). Algunas oraciones interrogativas (las totales de respuesta sí/no) no tienen un pronombre interrogativo al principio, pero sí presentan inversión del sujeto y el verbo (“¿Ya sabe Pedro lo que ha pasado?”). Su función más propia es la apelativa y a veces la fática.

5. Dubitativas:
Estas oraciones expresan una duda, suposición o probabilidad. Los indicadores de modalidad de estas oraciones son el uso de los verbos en subjuntivo y el empleo de adverbios o locuciones adverbiales: “Tal vez Pedro no venga mañana” / “A lo mejor es una chica muy tranquila”. También el futuro (“serán las doce”) y el condicional (“Sería a eso de las tres”). Hay que tener en cuenta que las construcciones oracionales con el verbo “deber” más la preposición “de” indican duda o posibilidad ("Deben de ser las diez de la noche"). Las funciones del lenguaje inherentes a este tipo de oraciones son la referencial, la apelativa y la expresiva.

6. Desiderativas u optativas:
Las oraciones desiderativas también se pueden llamar optativas. Expresan un deseo y a veces se pueden pronunciar en forma exclamativa. Los indicadores de la modalidad que podemos identificar en este tipo de oraciones son el uso de los tiempos verbales en subjuntivo. También es habitual utilizar la interjección “ojalá”. Ejemplos: “¡Ojalá no sea verdad!” / “Quisiera verte más”. Lógicamente, la función resultante por su naturaleza ligada a las emociones del emisor será la expresiva.


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