LAS VARIEDADES LINGÜÍSTICAS
Según
Eugenio Coseriu “una lengua histórica es un diasistema, un conjunto más o menos
complejo de dialectos, niveles y estilos de lengua”. En efecto, una lengua
histórica es aquella que se ha constituido con el tiempo en unidad ideal como
referencia, pero en la práctica está formada por un conjunto de lenguas
funcionales que en parte coinciden y en parte se diferencian sin llegar a distanciarse
tanto como para perder la unidad. Una lengua histórica es, por tanto, una
unidad ideal o koiné diálektos (lengua
común) que presenta siempre variedades internas. Éstas se clasifican en tres
grupos:
1.
Variedades diatópicas: son las realizaciones de una lengua en las distintas
zonas territoriales que abarca. Los sistemas que corresponden a estas
variedades se denominan dialectos. En España existen las variedades dialectales
septentrionales, meridionales, las de contacto con regiones bilingües (catalán,
gallego, euskera, leonés y aragonés) y las hispanoamericanas.
2.
Variedades diastráticas: son las establecidas en los estratos socioculturales
de una comunidad lingüística. Se denominan dialectos sociales o sociolectos y
pueden ser, a grandes rasgos, de nivel culto (caracterizado por la corrección y
el dominio idiomático), común (cuyas características son el uso de un
vocabulario más restringido, el empleo de muletillas en la lengua oral y el
recurso a oraciones de escasa complejidad) o vulgar (sus peculiaridades son los
titubeos en la lengua oral, uso de muletillas y palabras “comodín”, problemas
en las construcciones gramaticales y dificultades de relación entre el
pensamiento y la expresión del mismo).
3.
Variedades diafásicas: se corresponden con las diversas formas expresivas de
los hablantes en relación con la situación comunicativa o contexto situacional.
Son los estilos de lengua o registros que podemos calificar de formales,
informales, elaborados, técnicos, especializados, elevados, planificados, etc.
Existen jergas profesionales y argots de grupos marginales. Cuando un argot es
el único registro que es capaz de manejar un hablante, deja de ser una variedad
lingüística diafásica para convertirse en diastrática.
Un cuarto grupo podría estar formado por las variedades diacrónicas que se corresponderían con los diferentes sistemas lingüísticos de una lengua a través de los siglos si nos atuviéramos a cada época determinada. Así, el idioma español utilizado en el siglo XVI sería una variedad diacrónica concreta del español como unidad ideal y lengua histórica. En cuanto a los idiolectos, se trata simplemente de las realizaciones de habla de cada individuo en tanto que cada hablante también muestra sus singularidades propias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario