lunes, 4 de abril de 2011

De cómo la guerra siempre es un desastre

Miguel Gila Cuesta
(Madrid, 1919 - Barcelona, 2001) 

COMO LA DE GILA, PERO CON MUERTOS

Trinidad Jiménez está minando el crédito de Miguel Ángel Moratinos como el peor ministro de Exteriores de España en los últimos dos siglos. En menos de un mes, Doña Trini ha dicho que la guerra se hacía para echar a Gadafi, que no se hacía para echar a Gadafi, (la resolución de la ONU sólo autorizaba la creación de una zona de exclusión aérea para evitar víctimas civiles a manos de las tropas gadafianas), y de nuevo que lo fundamental es intervenir en la "guerra civil" libia y echar al tirano.
  
 Viñeta del barcelonés Ricard Soler en homenaje a Gila

Ridículo queda lo de que Libia "no es una guerra sino una misión humanitaria de la ONU". Pavoroso es comprobar que las desnortadas fuerzas navales y aéreas aliadas necesitan tropas de tierra para que Gadafi no derrote a los rebeldes. Y, para más desagradables semejanzas iraquíes, el Papa ha denunciado la muerte de al menos 40 civiles en bombardeos aliados. La guerra de Libia empezó como la de Gila, pero va camino de resultar balcánica. Declarada por Francia, Obama y Zapatero, es una hazaña progresista, una epopeya de izquierdas, pero sigue siendo una chapuza horrorosa. ¡Y Javier Bardem en California!

(Artículo de opinión escrito por Federico Jiménez Losantos y publicado por el diario "El Mundo" en su edición del sábado, 2 de abril de 2011)

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