miércoles, 13 de enero de 2016

Ego cupio artes danaorum et dona ferentes

Oráculo de Delfos consagrado como santuario al dios Apolo
 
PANEGYRICUS AD MAIOREM MEI GLORIAM
 
Si el castálido coro mi voz pudiera enardecer
y con dispares modos plagados de faunos y dríades
a mi lira pluguiesen las Musas cubrir con su clámide,
los versos que cantase vería Apolo resplandecer.
 
Cercado por burgundios en dicarqueos arenales
como aquel de Hipona que a Roma vio caer,
me veo humillado por la soberbia de quienes creen
saber que saben sin leer códices ni esforzarse.
 
Ruinas de la fuente Castalia junto al monte Parnaso en Delfos
 
Soy el enemigo dracónida de la ignorancia
o sueño serlo. Hacer amistad con Plutarco y Tácito
es mi propósito, y acompañado de Pausanias
 
viajo por la Hélade, Italia, Macedonia y África
en pos del oasis de Siwa, donde yace el oráculo
de Zeus, navegando hacia Troya como el Eácida.
 
(Poema escrito por Andrés González Déniz)
 
Éaco, Radamantis y Minos, los tres jueces del Hades

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