LA LITERATURA
Los textos literarios se caracterizan por la creación ficcional mediante una peculiar
elaboración lingüística cuya función predominante es, en general, la estética o
poética. Un escritor trata de expresar una visión personal o cosmovisión propia
interpretando la realidad con el instrumento de los recursos lingüísticos.
Básicamente, los textos literarios pueden adoptar la expresión formal de la prosa o el verso. El grado de mímesis o imitación en la aproximación a la realidad puede ser mayor o menor: a mayor imitación, más realismo; a menor imitación, más fantasía. La literatura siempre es ficticia porque de alguna manera evoca un mundo imaginario. Puede concluirse que la literatura es el dominio de la ficción porque los referentes de su proceso comunicativo están dentro de la obra misma.
El uso de recursos expresivos, tropos o figuras estilísticas es mucho más frecuente en los textos literarios que en cualesquier otros. En este sentido, podemos afirmar que el lenguaje literario actualiza las potencialidades expresivas que brinda un idioma. Una característica suya es la polisemia o pluralidad de significados, porque la acumulación de recursos expresivos suele potenciar la ambigüedad interpretativa.
A través de la literatura un pueblo conforma una determinada visión de la realidad. Los códigos ideológicos, religiosos y políticos de cada época influyen decisivamente en la manera de interpretar esa realidad, así como también las normas establecidas y los gustos literarios y hasta los géneros afectan y delimitan el modo de ver las cosas.
Los textos literarios, en conjunto, intentan encerrar un contenido que aspira a la novedad. El lector no sólo decodifica el mensaje del acto comunicativo literario, sino que lo analiza a la luz de códigos históricos y culturales. El texto literario normalmente no tiene una recepción inmediata, sino diferida, y en soporte de papel o formato de libro es inalterable una vez editado. Posteriores ediciones lo pueden modificar, así como en versión digital puede ser manipulado, lo cual es una forma de regresión a la oralidad.
Básicamente, los textos literarios pueden adoptar la expresión formal de la prosa o el verso. El grado de mímesis o imitación en la aproximación a la realidad puede ser mayor o menor: a mayor imitación, más realismo; a menor imitación, más fantasía. La literatura siempre es ficticia porque de alguna manera evoca un mundo imaginario. Puede concluirse que la literatura es el dominio de la ficción porque los referentes de su proceso comunicativo están dentro de la obra misma.
El uso de recursos expresivos, tropos o figuras estilísticas es mucho más frecuente en los textos literarios que en cualesquier otros. En este sentido, podemos afirmar que el lenguaje literario actualiza las potencialidades expresivas que brinda un idioma. Una característica suya es la polisemia o pluralidad de significados, porque la acumulación de recursos expresivos suele potenciar la ambigüedad interpretativa.
A través de la literatura un pueblo conforma una determinada visión de la realidad. Los códigos ideológicos, religiosos y políticos de cada época influyen decisivamente en la manera de interpretar esa realidad, así como también las normas establecidas y los gustos literarios y hasta los géneros afectan y delimitan el modo de ver las cosas.
Los textos literarios, en conjunto, intentan encerrar un contenido que aspira a la novedad. El lector no sólo decodifica el mensaje del acto comunicativo literario, sino que lo analiza a la luz de códigos históricos y culturales. El texto literario normalmente no tiene una recepción inmediata, sino diferida, y en soporte de papel o formato de libro es inalterable una vez editado. Posteriores ediciones lo pueden modificar, así como en versión digital puede ser manipulado, lo cual es una forma de regresión a la oralidad.
LOS TÓPICOS LITERARIOS
Un
tópico es la configuración estable de un motivo que ha sido usado a través del
tiempo hasta convertirse en paradigma. He aquí una somera relación:
AMOR
POST MORTEM (Amor más allá de la muerte): carácter eterno del amor, sentimiento
que perdura después de la muerte física.
AMOR
BONUS (Amor bueno): carácter positivo del amor espiritual.
AMOR
FERUS (Amor salvaje): carácter negativo del amor físico, de la pasión sexual.
AMOR
MIXTUS (Amor mixto): carácter complejo del amor físico y espiritual cuando se
dan conjuntamente.
BEATUS
ILLE (Dichoso aquel): elogio de la vida campesina, rural, frente al ajetreo
urbano y cortesano. Procede de un verso del poeta latino Quinto Horacio Flaco
de quien a su vez lo tomó Fray Luis de León para su “Oda de la vida retirada”.
CARPE
DIEM (Goza de este día): invitación al goce de los años de juventud (= día) y
al aprovechamiento del momento, antes de que el inevitable paso del tiempo nos
conduzca a la vejez y a la muerte.
COLLIGE,
VIRGO, ROSAS (Recoge, muchacha, las rosas): carácter irrecuperable de la
juventud y la belleza: invitación a gozar del amor (simbolizado en la rosa)
antes de que el tiempo robe nuestros mejores años.
CONTEMPTUS
MUNDI (Desprecio del mundo): menosprecio del mundo y de la vida terrena que no
son otra cosa que un valle de lágrimas y dolor.
DESCRIPTIO
PUELLAE (Descripción de la joven): descripción física enumerativa y gradativa
de una joven siguiendo un orden descendente: cabeza, cuello, senos, manos...
DUM
VIVIMUS, VIVAMUS (Mientras vivimos, vivamos): concepción de la vida humana como
algo pasajero e irrenunciable con la consiguiente invitación a su goce y
disfrute.
FORTUNA
MUTABILE: reflexión sobre los avatares y vueltas de la fortuna, unas veces
favorable, otras desfavorable. Generalmente se la representa como una rueda que
va girando.
FUROR
AMORIS (Amor apasionado): concepción del amor como una enfermedad que niega
todo poder a la razón.
HOMO
VIATOR (Hombre viajero): carácter itinerante del vivir humano, considerada la
existencia como un camino, viaje o peregrinación.
IGNIS
AMORIS (El fuego del amor): concepción del amor como fuego interior, como una
locura, como una enfermedad mental que niega todo poder a la razón.
LOCUS
AMOENUS (Lugar agradable): carácter mítico del paisaje ideal, descrito
bucólicamente a través de sus diversos componentes (prado, arroyo, árbol,
pastores enamorados...) y relacionado, casi siempre, con el sentimiento
amoroso.
MEMENTO
MORI (Recuerda que has de morir): carácter cierto de la muerte como fin de la
vida: advertencia aleccionadora.
MILITIA
EST VITA HOMINIS SUPER TERRA (La vida de los hombres es una lucha sobre la
tierra): carácter bélico de la vida humana, entendida como campo de batalla en
el que se desarrolla una continua guerra frente a todo: los hombres, la
sociedad, el trabajo, las deudas, las enfermedades, el destino...
MILITIA
SPECIES AMOR EST (El amor es un tipo de lucha): carácter bélico del sentimiento
amoroso, visto como contienda o enfrentamiento entre dos adversarios: los
enamorados.
NIHIL
NOVUM SUB SOLE (No hay nada nuevo bajo el sol): tiene origen bíblico y alude a
la repetición constante, a que en realidad todo es siempre lo mismo.
OMNIA
MORS AEQUAT (La muerte nos iguala a todos): carácter igualitario de la muerte
que, con su poder, no discrimina a sus víctimas ni respeta jerarquías.
Adviértase que implica la desigualdad de la vida.
OCULOS
SICARII (Ojos homicidas): simbólicamente, carácter asesino de la mirada.
PEREGRINATIO
VITAE (El viaje de la vida): carácter pasajero de la vida humana, entendida
como "camino" que el hombre debe recorrer.
QUOMODO
FABULA, SIC VITA (Así como el teatro es la vida): carácter representativo de la
vida humana: dramatización única e irrepetible de nuestra existencia.
QUOTIDIE
MORIMUR (Morimos cada día): carácter determinante del tiempo en la vida humana,
considerada como "camino" que debe recorrerse hacia su meta: la
muerte. Por eso cada momento de nuestra existencia es un paso hacia la muerte.
RECUSATIO
(Rechazo): rechazo de valores y actitudes ajenas.
RELIGIO
AMORIS (Culto al amor): carácter alienante del sentimiento amoroso, presentado
como una enfermedad o servidumbre de la que el hombre debe liberarse.
RUIT
HORA (El tiempo corre, la hora se precipita): carácter efímero del tiempo y, por extensión, de la
vida, que nos precipita hacia la muerte irremediablemente.
SIC
TRANSIT GLORIA MUNDI (Así pasa la gloria de este mundo): carácter
pasajero de la fortuna o reputación humana, condenada a verse acabada por la
muerte.
SOMNIUM,
IMAGO MORTIS (El sueño, imagen de la muerte): Carácter de muerte aparente que
ofrece el cuerpo humano en actitud de reposo, cuando el hombre duerme.
TEMPUS
IRREPARABILE FUGIT (El tiempo huye de manera irremediable): carácter
irrecuperable del tiempo vivido. Evocación de la condición fugaz de la vida
humana. Se trata de un tópico muy duro y dramático que nos advierte de que el
tiempo es frágil.
THEATRUM
MUNDI (El teatro del mundo): carácter representativo del mundo y de la vida,
entendidos como escenarios dramáticos en que diversos actores -los seres
humanos- representan los papeles de una obra ya escrita.
UBI
SUNT (¿Dónde están?): carácter desconocido del más allá, de la otra orilla de
la muerte, materializado en interrogaciones retóricas acerca del destino o paradero
de grandes hombres que han muerto.
VANITAS
VANITATIS (Vanidad de vanidades): carácter engañoso de las apariencias, que
exige el rechazo o renuncia de toda ambición humana, por considerarla vana.
Aparece en el Eclesiastés.
VARIUM
ET MUTABILE SEMPER FEMINA (Variable y mudable siempre es la mujer): carácter
inestable de la mujer, presentada desde una perspectiva misógina como un ser
inconstante, cambiante e indeciso.
VENATUS
AMORIS (Caza de amor): la relación amorosa es presentada como una cacería o persecución
astuta del ser amado.
VITA-MILITIA
(La vida como lucha): carácter bélico de la existencia humana, entendida como
lucha constante frente a las adversidades y asechanzas externas.
VITA-FLUMEN
(La vida como un río): carácter fluyente de la existencia humana, equiparada a
un río que avanza, sin detenerse, hasta fundirse en el mar, la muerte.
VITA-SOMNIUM
(La vida como sueño): carácter onírico de la vida humana, entendida como un
sueño irreal, una ficción extraña y pasajera.
VITA-THEATRUM
(La vida como teatro): carácter representativo de la existencia humana,
presentada como dramatización única e irrepetible del propio papel vital.
GÉNEROS LITERARIOS
Un
género literario constituye un modelo para el escritor y un horizonte de
expectativas para el lector. Los tres grandes géneros literarios son la lírica,
la narrativa y el drama.
LA LÍRICA
Es
el género de la imitación de los estados de ánimo. Los textos líricos ofrecen
un discurso subjetivo en el que predomina la función expresiva o emotiva junto
a la poética o estética. Salvo cuando tienen carácter narrativo (épica,
romancero…), lo habitual es que su contenido exprese sentimientos e ideas de una
voz poética que no necesariamente hay que identificar con el autor. Su brevedad
y la concentración temática facilitan la acumulación de recursos expresivos. Su
molde suele ser el verso, pero también existe la prosa poética con aliento
lírico. Los principales subgéneros de la lírica son la canción popular (de tema
amoroso, religioso o satírico), la canción petrarquista (de tono individualista
y culto), la égloga (que ofrece una imagen edénica del mundo pastoril y rural),
el himno (canto de alabanza a dioses y héroes), el epigrama (burlesco), la
elegía (de carácter triste, sentimental y fúnebre) y la oda (especulación
contemplativa, paisaje hermoso –locus amoenus-
y alabanza de grandes personajes).
LA NARRATIVA
La
narrativa abarca aquellos textos que cuentan historias por medio de un narrador
refiriéndose a unos personajes que desarrollan una acción en un tiempo y
espacio determinados. Al desarrollar una historia, es decir, una sucesión de
acciones ocurridas en la realidad extralingüística, en ella predomina la
función referencial, además de la estética o poética. La modalidad del discurso
predominante es la prosa, aunque existe el verso de carácter narrativo como
ocurre en la épica (el Cantar de Mío Cid, por ejemplo). Los principales
subgéneros narrativos son la novela (narración extensa de más de 150 páginas que
presenta un mundo complejo, problemático y diverso), el relato o cuento
(narración breve de menos de 150 páginas cuyo final puede ser abierto o cerrado
y suele presentar un espacio y un tiempo únicos), la fábula (narración breve de
carácter moral, en prosa o verso, con personajes que son animales utilizados para
evidenciar pecados capitales y suele incluir moraleja), el romance (narración
breve en versos octosílabos con rima asonante en los versos pares y sueltos los
impares), y el poema épico (narración extensa en verso). En el discurso narrativo,
el orden temporal o cronológico puede verse alterado por tres tipos de
distorsiones: comienzo in media res (en
mitad de la acción), la analepsis (evocación de momentos anteriores) y la
prolepsis (anticipación de acontecimientos posteriores). El narrador puede ser
omnisciente (perspectiva total), saber tanto como uno de los personajes
(perspectiva interna) o actuar como un
observador (perspectiva externa). El narrador en primera persona es un
narrador-personaje o un narrador-protagonista, mientras que el narrador en
tercera persona es un narrador testigo o bien un narrador omnisciente.
EL DRAMA
El género dramático se compone de textos para ser representados en escena, no para ser leídos. Desarrollan una historia que se presenta directamente a través de las palabras y las acciones de los personajes sin la intervención de un narrador. Predomina en ellos la función apelativa o conativa, además de la expresiva o emotiva. Su forma de comunicación relevante es el diálogo y la modalidad discursiva que utilice puede ser tanto la prosa como el verso. Su emisión y recepción son esencialmente colectivos. Los subgéneros dramáticos son la tragedia (el héroe protagonista debe sobreponerse a un destino adverso), la comedia (ofrece una visión cómica de las imperfecciones humanas contempladas como inherentes y naturales a los hombres), la tragicomedia (mezcla de tragedia y comedia caracterizada por no acabar en catástrofe), el drama propiamente dicho (presenta un conflicto alejado de la grandiosidad de la tragedia, por lo que suele tener un carácter realista y burgués, incluso doméstico, centrado en los problemas del hombre contemporáneo), y el auto sacramental (pieza religiosa vinculada con la celebración del sacramento de la eucaristía y las fiestas litúrgicas que desarrolla pasajes bíblicos y vidas de santos).
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