sábado, 29 de junio de 2024

Quod vulnerant omnes, sed ultima necat



EL ENTIERRO

Cuatro rudos gañanes, sobre el hombro herculoso,
sustentan el humilde féretro descubierto.
El cura ronca el salmo del eterno reposo,
y redobla la esquila desde el valle hasta el huerto.

Las melenas volcadas de dolor, con incierto
ritmo tardo y solemne adelantan al foso.
Y los torvos ancianos, con la vista en el muerto,
se arrodillan en medio de un silencio espantoso.



"Adiós, alma bendita, paloma de los cielos",
reza el cura. Y unánimes desdoblan los pañuelos...
Por fin, sobre la caja, con íntimo reproche,

cada cual un puñado de tierra vil derrumba...
Todo duerme. A intervalos lastiman en la noche
los aullidos del perro que vela ante la tumba.

(Poema escrito por Julio Herrera y Reissig)


Julio Herrera y Reissig
(Montevideo, Uruguay, 1875 - 1910)
Ensayista y poeta modernista

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