sábado, 17 de agosto de 2019

El doble rasero moral de la izquierda

 

"Pintura en homenaje al dadaísmo"
Manolo Cuervo
(Isla Cristina, Huelva, 1955)
Pintor, diseñador gráfico y cartelista
 
LA IZQUIERDA DADÁ
 
Acabo de descubrir que la izquierda española es dadaísta. Funciona el truco de Tristan Tzara. ¿Cómo no me he dado yo cuenta de esto antes? Coges cualquier periódico viejo, recortas con unas tijeras la noticia sobre el barco de Soros palabra por palabra, las echas en una bolsa que agitas como una coctelera, comienzas a sacarlas de una en una, las pones en ese orden de bola de bingo y te salen las declaraciones de hoy contra el gobierno de Ayuso. Pasa con todo. Por ejemplo. La hermana del presidente andaluz del PP ha ascendido a directora del Conservatorio en el que ya tenía plaza por oposición. Escándalo: «Es el habitual nepotismo de la derecha». Susana Díaz, cuyo marido impartía cursos de formación subvencionados por su gobierno, tenía en 14 chiringuitos oficiales a 2.607 enchufados entre los que había familiares directos de decenas de cargos socialistas. Normalidad: «Son puestos de confianza y lo lógico es meter a personas de confianza». Los hechos no significan nada en sí mismos. La realidad sólo está en las palabras, que son movedizas como cubitos de trilero. Sólo importa de qué partido sea el acusado. Otro ejemplo. María Jesús Montero sobre el Open Arms: «Lo más sensato es que se dirija al puerto cercano más seguro, que se encuentra en las costas italianas». Qué arte más grande, cari. Estamos con los inmigrantes a muerte, pero aquí que no vengan. Y, de paso, qué gentuza los italianos, que hacen la vista gorda. En cambio, Díaz Ayuso anuncia entre las medidas de su gobierno que las Fuerzas de Seguridad podrán acceder a los datos de inmigrantes ilegales. Qué pedazo de facha.
 
"Retrato de Tristan Tzara"
(1923)
Robert Delaunay
(París, 1885 - Montpellier, 1941)
Pintor pionero del arte abstracto
 
Me encanta esta distorsión tan currada de la nueva progresía. Hay argumentos que incluso me emocionan. Un tertuliano bramador, ergotista innato contratado por la izquierda cóncava para segregar en los platós argumentos halitósicos que obligan a bajar el volumen o a taparse la nariz, una de dos, emitió hace unos días el siguiente alegato: «Les voy a explicar a quienes dicen que acojamos a los inmigrantes en nuestras casas por qué se equivocan. Porque ya lo hacemos. España es mi casa y yo pago impuestos para que mi país los reciba». Un aplauso. ¿Y qué pasa con los que pagan impuestos y opinan lo contrario? ¿Los impuestos de izquierdas tienen más poder de decisión que los de derechas? El voto ético frente al voto vil. Esa paparrucha. La izquierda dadá maneja dos bolsas. En una están recortadas a tijera las ideas feminismo, violencia machista, diversidad sexual, solidaridad, inmigración, cambio climático, laicismo y democracia. Esa talega se emplea para implantar su superioridad ontológica en cualquier debate. En la otra bolsa están los conceptos corrupción, homofobia, racismo, supremacismo, xenofobia, fascismo, privatización, machismo, heteropatriarcado y catolicismo. Ese zurrón se usa para manchar al adversario con lo primero que se pille. Por eso cuando un hombre de izquierdas dice «la azotaría hasta hacerla sangrar» no está siendo machista. Y cuando una socialista pide que el barco de inmigrantes que barzonea por el Mediterráneo se vaya a Italia, no es xenófoba, de la misma manera que cuando un progre exige respeto e integración para la cultura islámica está siendo tan laico como cuando se mete en pelota en una iglesia al grito de «arderéis como en el treinta y seis». Enchufar a una mujer es en la primera bolsa solidaridad y feminismo. En la segunda, corrupción y machismo. Sin complejos. Así de vulgar. Se catalogan las conductas a paladas de hormigonera. Pero, claro, pagan sus impuestos religiosamente, como Monedero, Huerta, Wyoming, Bardem... Así que, en mi infinita inferioridad intelectual, me subrogo al aforismo del dadaísta Tzara: ¡Mírenme bien! Soy un facha arrogante. ¡Soy como todos ustedes!
 
(Artículo de opinión escrito por Alberto García Reyes y publicado
por el periódico "ABC" el sábado 17 de agosto de 2019)
 
 
Alberto García Reyes
(Dos Hermanas, Sevilla, 1977)
Licenciado en Ciencias de la Información

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