viernes, 28 de marzo de 2025

Un modernista de gran perfeccionismo


Tomás Morales Castellano
(Moya, 1884 - Las Palmas de Gran Canaria, 1921)
Máximo representante del modernismo lírico insular

CALLE DE TRIANA

La calle de Triana en la copiosa
visión de su esplendor continental:
ancha, moderna, rica y laboriosa;
arteria aorta de la capital.

La calle del comercio, donde ofrece
el cálculo sus glorias oportunas;
donde el azar del agio se ennoblece
y se hacen y deshacen las fortunas.

Donde el urbano estrépito domina
y se traduce en industrioso ardor;
donde corre sin tasa la esterlina
y es el english spoken de rigor.

El sol del archipiélago dorando
los rótulos en lenguas extranjeras,
y los toldos de lona proyectando
sombra amigable sobre las aceras.

Y por ellas profusos peatones
de vestes y semblante abigarrados;
y, cual derivación, en los balcones,
los pabellones de los consulados.

Todo aquí es extranjero: las celosas
gentes que van tras el negocio cuerdo;
las tiendas de los indios, prodigiosas,
y el Bank of British, de especial recuerdo.

Extranjero es el tráfico en la vía,
la flota, los talleres y la banca,
y la miss, que, al descenso del tranvía,
enseña la estirada media blanca.

Todo aquí es presuroso, todo es vida;
y, ebria de potestad, en la refriega,
la ciudad, cual bacante enardecida,
al desenfreno comercial se entrega.

Y al alma, que es, al fin, mansa y discreta,
tanta celeridad le da quebranto
y sueña con el barrio de Vegueta
lleno de hispano-colonial encanto.

Grand Canary… La gente ya comprende
y, bajo un cielo azul y nacional,
John Bull, vestido de bazar, extiende
su colonización extraoficial.


Calle Mayor de Triana en Las Palmas de Gran Canaria

PUERTO DE GRAN CANARIA

Puerto de Gran Canaria sobre el sonoro atlántico,
con sus faroles rojos en la noche calina,
y el disco de la luna bajo el azul romántico
rielando en la movible serenidad marina…

Silencio de los muelles en la paz bochornosa,
lento compás de remos, en el confín perdido,
y el leve chapoteo del agua verdinosa
lamiendo los sillares del malecón dormido…

Fingen, en la penumbra, fosfóricos trenzados
las mortecinas luces de los barcos anclados,
brillando entre las ondas muertas de la bahía;

y de pronto, rasgando la calma, sosegado,
un cantar marinero, monótono y cansado,
vierte en la noche el dejo de su melancolía.


Puerto de la Luz en Las Palmas de Gran Canaria

POEMA DEL MAR

Yo fui el bravo piloto de mi bajel de ensueño,
argonauta ilusorio de un país presentido,
de alguna isla dorada de quimera o de sueño
oculta entre las sombras de lo desconocido.

Acaso un cargamento magnífico encerraba
en su cala mi barco, ni pregunté siquiera;
absorta, mi pupila las tinieblas sondaba,
y hasta hube de olvidarme de clavar la bandera.

Y llegó el viento Norte, desapacible y rudo;
el vigoroso esfuerzo de mi brazo desnudo
logró tener un punto la fuerza del turbión;

para lograr el triunfo luché desesperado,
y cuando ya mi brazo desfalleció, cansado,
una mano, en la noche, me arrebató el timón.

(Poemas escritos por Tomás Morales)


Busto del poeta frente a su casa natal en Moya

lunes, 3 de marzo de 2025

Fue ebanista, minero, leñador y panadero


Carlomagno Araya
(San Ramón de Alajuela, Costa Rica, 1897 - 1979)
Poeta y ensayista
(A la izquierda el escritor a los 12 años y a la derecha su casa natal)

EL POEMA DE MI DIGNIDAD

No poseo riquezas, ni abolengo,
ni siquiera una rústica heredad.
El único tesoro que yo tengo
es el tesoro de mi dignidad.

Más alto que las águilas, más alto
se remonta mi potro de ilusión.
Siempre escalé las cúspides de un salto
llevando a flor de labio mi canción.

Trabajo y lucho sin cesar. La vida
me ofrece cada vez más interés.
La montaña de mi alma, florecida
se pasa y alas llevo hasta en los pies.

No me importan las críticas del vulgo
que tiende en mi camino un valladar.
Sacerdote del arte, lo excomulgo
desde el púlpito azul de mi cantar.

(Poema escrito por Carlomagno Araya)


"Escribir un libro es empresa romana; editarlo, tragedia de Esquilo,
y venderlo, el calvario de Nuestro Señor Jesucristo"
Carlomagno Araya

domingo, 2 de febrero de 2025

Respiró los efluvios del modernismo


Luis Doreste Silva
(Las Palmas de Gran Canaria, 1882 - 1971)
Médico, diplomático, poeta y periodista

POR EL DULCE MILAGRO

Es dulce tu puñal, dulce María,
y su punta me hirió tan dulcemente,
que la quiero clavada eternamente:
déme dolor la dulce poesía.

Hiéreme más, ¡oh, dulce Madre mía!
Hiéreme el pecho, hiéreme en la frente,
que a más puñal, tu mano, inmensamente,
versos en luz eterna me daría.

¡Oh, Madre dulce! El lírico secreto
del puñal que me hiere y me da vida
háceme ya dulzura de soneto

por el dulce milagro de la herida
en tu panal, ¡oh, Madre!, —graves, tersos—
mi viacrucis de catorce versos.

(Poema escrito por Luis Doreste Silva)


Calle dedicada a Luis Doreste Silva en Las Palmas de Gran Canaria

jueves, 2 de enero de 2025

Una poeta de honda inspiración católica


Ignacia de Lara Henríquez
(Las Palmas de Gran Canaria, 1880 - 1940)
Escritora cercana al modernismo

TÚ NO SABES

Tú no sabes, Señor, mis ansiedades,
y que quise en el vaso de la vida
beber la espuma alborotada y loca.
Acércame a los labios esa copa
en que brinda tu Amor sus suavidades.

Y haz que tenga al beber en esa fuente
el pecho humilde y la manera suave,
la temblorosa ingravidez de un ave
que se posa a la orilla de un torrente.

Es que a la sombra de tu bien, dormida,
para labrar mi mal, quedaré inerte.
Si tan bien aprendí lo que es la muerte,
¿por qué no he de saber lo que es la vida?

MI DOLOR

Es un dolor mitad melancolía,
mitad iracundia desbordada y fiera,
que unas veces en llanto degenera
y otras veces es fuerte rebeldía.

Es que puse en amar la poesía
todo el calor de la interior hoguera,
y a impulso de ese fuego, brotó fuera
la lava del volcán que dentro hervía.

Y al ver que vierto mi interior esencia
y la absorbe la seca indiferencia,
¿queréis que os pinte mi dolor ignoto?

Es cual, si por mi culpa envilecido,
a un hijo viera de mi amor nacido
solo y hambriento, despreciado y roto.

Catedral de Santa Ana en el barrio de Vegueta donde vivió Ignacia de Lara

ASÍ FUE

En noche helada, cual ninguna oscura,
de aquel balcón tan tibio en el verano,
con el hierro, al rozar, sentía la mano
un intenso dolor de quemadura.

Yo, temblando de frío y amargura,
te hice saber que conocía el arcano
de tu extraño vivir, luchando en vano
con tus vicios sin freno y tu locura.

Me llamaban furiosa, y conmovida,
te di el adiós que decidió la vida
con una voz que el llanto entrecortaba…

Se tropezó tu mano con la mía,
y tan fría la encontré, pero tan fría,
que como el hierro del balcón quemaba.

LA BARCA DE PEDRO

Va surcando su proa las edades
que rezan en la estela de su quilla,
iRememos por amor en la barquilla
que viene desde el mar de Tiberíades!

Agruparnos en bloque de piedades
bajo la enseña, blanca y amarilla,
para arribar con bien, a la otra orilla
en un firme varar de eternidades.

¡Pescador en el mar de Galilea!
Lleva siempre en tu barca la presea
de la España Imperial, Grande y Cristiana.

Que ir bogando en tu nave es lo que importa,
y ante la playa eterna del mañana
la singladura de la vida es corta.

AYER

Ayer, indiferente, he despedido
la postrera ilusión que me alentaba,
¿qué puede ya importarme? Si he perdido
la que ceñida al corazón llevaba.

¡La dorada! ¡La azul! ¡La solo mía!
¡La que tanto mimé y amaba tanto!
Tras un violento espasmo de agonía,
fue enterrada la tarde aquel día
en la fosa común del desencanto.

(Poemas escritos por Ignacia de Lara)

Casa de Colón y Plaza del Pilar Nuevo en Vegueta
(Las Palmas de Gran Canaria)