lunes, 9 de junio de 2025

Un poeta religioso, bucólico y humilde


Gumersindo Galván de las Casas
(Breña Alta, La Palma, 1885 - 1981)
Poeta y compositor

A MI NIETO JUAN

Inquieto, inteligente y siempre alerta,
te auguro un porvenir dichoso y bueno.
Deportista gozoso del entreno,
de clara visión y razón despierta.

Veo que con fervor abres la puerta
del estudio y serás un buen galeno
o un hombre de saber y ciencia lleno
con la mansión de gloria siempre abierta.

Sé obediente a tus padres, y si lloras,
busca en ellos consuelo y alegría:
caricias hallarás si les imploras.

No seas como este abuelo que decía:
"Amé mucho, Señor, y muchas horas,
mas sufrí por más tiempo todavía".


Los dragos gemelos situados en el pueblo palmero de Breña Alta

ANTE LAS RUINAS DE MI PUEBLO

Si mi lira pulsé para cantarte
en tus nobles y sanas alegrías,
hoy la pulso también para llorarte
con las más dolorosas alegrías.

Surgió un amanecer con agonías
para hacernos sufrir y desgarrarte,
que duele el corazón al contemplarte
sollozando con tus melancolías.

Si mucho se perdió, mucho nos queda
que nos sirva de amparo y de consuelo
y levantarnos de estas ruinas pueda.

Nos queda un alma que, aspirando al cielo,
por el firme camino a él avanza
llena de fe, de amor y de esperanza.

(Poemas escritos por Gumersindo Galván)


Playa de Bajamar en el municipio de Breña Alta
(Isla de La Palma)

martes, 27 de mayo de 2025

Un genuino cantor de la vida hogareña


Montiano Placeres
(Telde, Gran Canaria, 1885 - 1938)
Poeta intimista cercano al modernismo

NOCTURNO CORDIAL

I

Mi madre y mis tres hermanas
están rezando el rosario.
Yo, entre las cuatro paredes
de mi habitación, trabajo.

Ellas dan gracias a Dios
porque esta noche cenamos.
Y porque el yantar no falte
no hay en mi labor descanso.

Mi padre murió hace tiempo,
tenía yo los veinte años,
herida en su amor mi madre
y huérfanos diez hermanos.

En negra caja unos hombres
a mi padre se llevaron.
Aquel día y otros más
fue con nosotros el llanto.

El gobierno de la casa
vino a parar a mis manos.
Tenía que ser, porque yo era
el mayor de los hermanos.

Transcurrido un tiempo, algunos
el hogar abandonaron
y a tierras de promisión
sus pasos encaminaron.

Se olvidaron de la madre
y la madre, al recordarlos,
a solas llora la ausencia
de los hijos bienamados.

Y mientras lloran sus ojos,
hablan de perdón sus labios.

II

Mi madre y mis tres hermanas
han rezado ya el rosario.
Yo, entre las cuatro paredes
de mi habitación, trabajo.

Un suave aroma de rosas
hay esta noche en mi cuarto.
Mi hermana cortó las rosas
del mejor rosal del patio

y con ellas, complaciente,
formó un artístico ramo
que luce sobre mi mesa
en un búcaro dorado.

III

Mi madre y mis tres hermanas
en la puerta de mi cuarto:
—Hasta mañana, si así
lo quiere Dios—, musitaron.

Y me pareció al oírlas
que continuaban rezando.
—Hasta mañana—, les dije.
Lentamente, se marcharon.

Y cuando extinguióse el eco
cadencioso de sus pasos,
el silencio y yo esta noche,
sin palabras, nos hablamos.


Montiano Placeres fue el aglutinador de la Escuela Lírica de Telde

OFRENDA

Hogar, mi humilde hogar,
en el desierto de mi vida tú eres
el oasis ansiado en que descanso
de este luchar de ayer, de hoy, de siempre.

Hogar, mi humilde hogar, donde he soñado
—abrasada la frente por la fiebre—
con la azul princesita que esperamos,
mientras vivimos, y que nunca viene.

Hogar, mi humilde hogar, amigo mío,
al abrigo cordial de tus paredes
yo voy tejiendo el lino de mis versos
que el alma ahora trémula te ofrece.

(Poemas escritos por Montiano Placeres)


Placa conmemorativa en el domicilio natal del escritor

sábado, 3 de mayo de 2025

El poeta de las amarguras y las ironías


Alonso Quesada
(Rafael Romero Quesada)
(Las Palmas de Gran Canaria, 1886 - 1925)
Poeta, narrador y dramaturgo postmodernista
(Fotografía de cuando era un niño escolarizado en el
colegio San Agustín de Vegueta entre los años 1897 y 1902)

LA ORACIÓN DE TODOS LOS DÍAS

¡Bendita la pobreza de mi casa!
Hoy la comida ha sido más humilde.
Mi madre ha sonreído tristemente,
pero había una paz en su mirada…

Yo gano el pan de una infeliz manera
porque yo no nací para estas cosas:
hago unas sumas y unas reducciones,
y así me consideran y me pagan.

Hoy hace cinco años que mi padre
me dejó este gobierno; cuando era
más amplia la ilusión, y la locura
pasaba por mi mente a enamorarse.

¡Bendita la orfandad, las privaciones,
el amargo dolor y los caminos
por donde, sin oficio, voy andando,
profeso caballero de la noche!

Las seis mujeres de mi casa dicen
que esta resignación me dará el cielo:
verdad será, porque lo dicen todas,
y ellas en esas cosas saben mucho.

Conformidad de toda pesadumbre:
¡Mañana moriremos! ¡Los gusanos
todo nos quitarán, menos la risa
petrificada en nuestra calavera!

¡Benditas sean las amargas horas,
la pobre compasión de los mayores
y esta inquietud de no saber mañana
dónde tendré el hogar y los ensueños!

Serenamente el mar viene a mi alma
en estas lentas tardes del verano;
sobre la arena de la playa aguarda
mi corazón la sombra que lo envuelva.
(¡Mi corazón de noche es esa dulce
y tenue claridad, que no es del cielo
ni de la tierra, y que en la noche tiembla
como una huella de la tarde ida!)

Y mi alma tiende sobre el mar dorado
una esperanza de mejores tiempos,
en ese instante en que las cosas todas
por demasiado ciertas nos engañan.

¡Las venideras horas serán buenas
y buena la verdad de mi reposo!
Digo, y bendigo la infantil creencia
de este mi pobre corazón, tan niño.


Doña Josefa Quesada
(Madre del poeta)

UN BRITÁNICO
                                              
                                                      (A Federico Cuyds)

Este inglés sabe mucho de oficina
—mas no ignora que Shakespeare fue un poeta—
¡el hombre superior de la esterlina
que viene a España en pos de la peseta!

En sus pupilas de anglicana fiera
alumbra una mirada desdeñosa.
Se ríe de la España pinturera
y tiene una francesa por esposa.

¡Cosas de España! Sí. Todo cordura,
pone el inglés su eterno comentario:
—¡El hidalgo de la Triste Figura
envuelto en un ropaje estrafalario!

Vivió en Sevilla: —¡Bah, la Macarena!
¡Y el rojo sol de la andaluza mora
puso en sus hijos la color morena,
¡que el sol inglés sólo el cabello dora! 

Y al tornar a sus lares de Inglaterra,
la loca España, en su desdén se ensaña,
con dos gitanos puros de la tierra.
Tiene para evocar... ¡Cosas de España!


El Club Inglés de Las Palmas en la calle León y Castillo nº 274

ERICKA
(1882-1902)

¿Quién será esta mujer de veinte años
que han enterrado en este oscuro nicho
y cuyo nombre no sabremos nunca,
de qué patria será y quién lo ha escrito?

En todo el cementerio, no hay más triste
lugar que este lugar tan conocido
para mis ojos, que porfiados buscan
la transparencia de este mármol frío.

Allá, en la lejanía, está el recuerdo...
Todos, al mencionarla, la habrán visto
dulce llegar, como esa brisa amada,
cuando se nubla el sol, llega a los nidos.

—El nicho está al entrar, junto a unas flores;
desde allí se ve el mar. El mejor nicho
que hallé fue para ella; las mejores
flores para ella fueron...—
Esto ha dicho
el que la acompañó y tornó sin ella,
al darles cuenta de lo sucedido.

Y todos en las mentes se forjaron
el lejano lugar, bello y distinto.
¡Mas ninguno atinó con las prisiones
donde tiene la muerta el buen olvido!

—Ericka, puse sobre el mármol negro,
—ha de decir el hombre con quien vino—
fue en un pueblo lejano... ¡Tan lejano
que tiene el mayor mar como camino!


Don José Romero Castro
(Padre del escritor)

EL BALANCE

                                               (A Tomás Morales)

Estos cuarenta ingleses esta noche se juntan
para hacer un balance porque termina el año.
El trabajo nocturno, si es trabajo de números,
tiene para estos hombres un voluptuoso encanto.

Van llegando puntuales. Sobre las altas mesas
van uniformemente los libros colocando;
luego sacan sus pipas; reposados las encienden
y antes de dar comienzo beben un whisky agrio.

La oficina está plena de luz, y yo he venido,
como todos los días, con bastante retraso.
Ellos, que no toleran la indiferencia mía,
en su lengua, a mis modos, ponen un comentario.

Y el más viejo de todos, el tenedor primero,
—jaranero divino!— a mi entrada alza el vaso
y con una postura de orador de Hyde-Park
grita: —¡Brindo, señores, por el amigo Byron!
Los demás se sonríen —una burla británica—.
Yo sigo a mi pupitre y empiezo mi trabajo.


Antiguo puerto de Agaete

TIERRAS DE GRAN CANARIA

Tierras de Gran Canaria, sin colores,
¡secas!, en mi niñez tan luminosas.
¡Montes de fuego, donde ayer sentía
mi adolescencia el ansia de otros lares!

Campos, eriales, soledad eterna;
—honda meditación de toda cosa—.
¡El sol dando de lleno en los peñascos
y el mar... como invitando a lo imposible!
¡Todos se han ido! Yo, desnudo y solo,
sobre una roca, frente al mar, aguardo
el mañana, ¡y el otro...!
¡Horas amadas
no nacidas aún! Ansias secretas
de esa perfecta orientación humana.

Tierra de amor, en lejanía —siempre
llena de luz para mis ojos crédulos—.
En estos campos sin color, mi alma
tiene el eco engañoso del Desierto.

En el azul están mis ideales
tan invisibles como las estrellas
en este atardecer... ¡Y sin embargo,
ahí brillando están eternamente!

Campos de Gran Canaria, sin colores,
¡secos!, en mi niñez tan luminosos.
¡Montes de fuego, donde ayer sentía
mi adolescencia el ansia de otros lares!

Soledad, aislamiento, pesadumbre.
El corazón siempre en un punto misterioso
y el alma sobre el mar, blanca... ¡El velero
que no pasa jamás del horizonte!


El Roque Nublo entre las cumbres grancanarias

UN RECUERDO INFANTIL

                                            (A Néstor Martín Fernández de la Torre)

Este es un buen amigo de otros días
que ha retomado de un solar lejano.
Fuimos, allá en la infancia, compañeros,
eternos compañeros, casi hermanos.

Él en el fondo de mis ojos busca,
impaciente, la luz de aquellos años.
Yo voy poniendo en su pupila inquieta
mi indagación también sobre el pasado.

Y después del silencio, en que las almas
tornan a verse con temor de extraños,
y van y vienen desde un pecho al otro
por si encontraran el rincón amado,
él me abraza y me dice con aquella
primera voz, que el tiempo le ha guardado:

—¿Te acuerdas de aquel día tan famoso
en el que huimos del colegio odiado,
y después de elegir sitio seguro
al cementerio fuimos a ocultarnos?

Tranquilos, bajo el sol de la mañana
junto a una sepultura nos sentamos.
¡La mañana de abril en la que había
como un silencio muerto en todo el campo!

Una campana lenta de agonía,
un sonido dio entonces, funerario:
las notas esparciéronse medrosas
con temblor de hojas secas, a lo largo.

¡Abrieron una fosa...! Los rosales
con timidez sus rosas agitaron
a cada golpe de la azada, y todo
era de un hondo meditar amargo.

¡Y el alma halló el lugar plácido y bueno
porque fue albergue en nuestra huida, hermano!


Néstor Martín Fernández de la Torre
(Las Palmas de Gran Canaria, 1887 - 1938)
Pintor modernista y simbolista

DENTRO DE UN SIGLO, AMIGO

Dentro de un siglo, amigo, ya estaremos
bajo la tierra, por fortuna, todos.
No hay que apurarse, pues; gozar el día
es lo mejor, sin inquietud alguna.

Si hay azul y un buen sol, el alma entera
florecerá de amor y de alegría;
si el cielo está nublado, buscaremos
la tristeza más cómoda al espíritu.

Perfecciona tu modo dulcemente
y pon en cada cosa, lo adecuado.
Una triste dulzura ante la muerte
y una alegría mansa en lo dichoso.

Exclama: —¡Hermoso sol!— en esos días
sonoros del verano. En el invierno:
—¡Cuánta melancolía en esos valles,
sobre esos montes que cubrió la nieve!

(Poemas escritos por Alonso Quesada)


Una tuberculosis incurable lo mató a los 38 años

jueves, 3 de abril de 2025

Un poeta humilde, intimista y melancólico


Saulo Torón Navarro
(Telde, Gran Canaria, 1885 - Las Palmas de Gran Canaria, 1974)
Poeta modernista perteneciente a la Escuela Lírica de Telde
Retrato pintado por el artista, ilustrador y fotógrafo
Alejandro Reino Sarmiento
(Las Palmas de Gran Canaria, 1935 - 2018)

CONSEJO

Sufre, trabaja y espera
que la noche llegará,
y verás cómo ninguno
mañana despertará.

CANCIONES DE LA ORILLA

Sombra mía, compañera,
¿seré yo el que te llevo
o eres tú la que me llevas?

Nunca tengo la razón.
Cuando otros van, yo me quedo;
si otros callan, hablo yo.

Razón tiene el agua:
Cuando poca, dulce;
cuando mucha, amarga.

Yo he visto al mar alzarse
soberbio de altivez;
y luego, humildemente,
tenderse ante mis pies.


Casa familiar del escritor en el barrio de San Juan
(Telde, Gran Canaria)

EL DOBLE

Ya no sé si soy yo o es aquel hombre
que está ahí, frente a mí, o en cualquier parte;
aquel que se disfraza con un nombre
que no es el mío, aunque mi ser comparte.

Aquel ser temeroso y reverente
que mi amistad tímidamente implora,
que unas veces me mira indiferente
y otras sonríe, o desespera y llora.

El ser que me acompaña y me persigue
fatalmente en la ruta, donde sigue
la duda ahondando el porvenir incierto…

No sé quién soy ni quién esto escribe,
si soy yo o es el otro que concibe
y labora por mí, porque yo he muerto.

ALUCINACIÓN DE LA MAÑANA

¿Quién derramó tanta luz
sobre el mar esta mañana,
que hasta las olas parece
que se deshacen en llamas?

¿Quién aprisionó en mi mente
el tormento de soñar,
que la realidad me llama
y no acierto a despertar?

CAPRICHO

El cristal de la mañana
se rompió y cayó en el mar;
yo lo miro hecho pedazos
sobre las olas brillar.

¡Quién pudiera —oh, eterno niño—
sus pedazos recoger,
y formar un cristal nuevo...
para volverlo a romper!

(Poemas escritos por Saulo Torón)


Busto del poeta erigido en la zona de La Puntilla
(Playa de Las Canteras en Las Palmas de Gran Canaria)

viernes, 28 de marzo de 2025

Un modernista de gran perfeccionismo


Tomás Morales Castellano
(Moya, 1884 - Las Palmas de Gran Canaria, 1921)
Máximo representante del modernismo lírico insular

CALLE DE TRIANA

La calle de Triana en la copiosa
visión de su esplendor continental:
ancha, moderna, rica y laboriosa;
arteria aorta de la capital.

La calle del comercio, donde ofrece
el cálculo sus glorias oportunas;
donde el azar del agio se ennoblece
y se hacen y deshacen las fortunas.

Donde el urbano estrépito domina
y se traduce en industrioso ardor;
donde corre sin tasa la esterlina
y es el english spoken de rigor.

El sol del archipiélago dorando
los rótulos en lenguas extranjeras,
y los toldos de lona proyectando
sombra amigable sobre las aceras.

Y por ellas profusos peatones
de vestes y semblante abigarrados;
y, cual derivación, en los balcones,
los pabellones de los consulados.

Todo aquí es extranjero: las celosas
gentes que van tras el negocio cuerdo;
las tiendas de los indios, prodigiosas,
y el Bank of British, de especial recuerdo.

Extranjero es el tráfico en la vía,
la flota, los talleres y la banca,
y la miss, que, al descenso del tranvía,
enseña la estirada media blanca.

Todo aquí es presuroso, todo es vida;
y, ebria de potestad, en la refriega,
la ciudad, cual bacante enardecida,
al desenfreno comercial se entrega.

Y al alma, que es, al fin, mansa y discreta,
tanta celeridad le da quebranto
y sueña con el barrio de Vegueta
lleno de hispano-colonial encanto.

Grand Canary… La gente ya comprende
y, bajo un cielo azul y nacional,
John Bull, vestido de bazar, extiende
su colonización extraoficial.


Calle Mayor de Triana en Las Palmas de Gran Canaria

PUERTO DE GRAN CANARIA

Puerto de Gran Canaria sobre el sonoro atlántico,
con sus faroles rojos en la noche calina,
y el disco de la luna bajo el azul romántico
rielando en la movible serenidad marina…

Silencio de los muelles en la paz bochornosa,
lento compás de remos, en el confín perdido,
y el leve chapoteo del agua verdinosa
lamiendo los sillares del malecón dormido…

Fingen, en la penumbra, fosfóricos trenzados
las mortecinas luces de los barcos anclados,
brillando entre las ondas muertas de la bahía;

y de pronto, rasgando la calma, sosegado,
un cantar marinero, monótono y cansado,
vierte en la noche el dejo de su melancolía.


Puerto de la Luz en Las Palmas de Gran Canaria

POEMA DEL MAR

Yo fui el bravo piloto de mi bajel de ensueño,
argonauta ilusorio de un país presentido,
de alguna isla dorada de quimera o de sueño
oculta entre las sombras de lo desconocido.

Acaso un cargamento magnífico encerraba
en su cala mi barco, ni pregunté siquiera;
absorta, mi pupila las tinieblas sondaba,
y hasta hube de olvidarme de clavar la bandera.

Y llegó el viento Norte, desapacible y rudo;
el vigoroso esfuerzo de mi brazo desnudo
logró tener un punto la fuerza del turbión;

para lograr el triunfo luché desesperado,
y cuando ya mi brazo desfalleció, cansado,
una mano, en la noche, me arrebató el timón.

(Poemas escritos por Tomás Morales)


Busto del poeta frente a su casa natal en Moya