martes, 28 de noviembre de 2023

La verdadera desesperación proletaria



HABLAN POCILGAS DE OBREROS

Chiquillos flacos sin abrigo.
Pobre el jergón, la ropa leve.
Cuarto sin luz, mesa sin trigo.
¿Quién ha llamado a mi postigo?
¡La nieve!

La usura me hurta el bienestar.
Mis deudas chupan. Negro enjambre.
¡Qué invierno vil! ¿No ha de acabar?
¿Quién se sentó junto a mi hogar?
¡El hambre!

Húmedo el piso, y recostado,
el niño duerme en él. ¡Señor!
La madre llora. El padre a un lado.
¿Quién vive allí tan mal casado?
¡El dolor!


¡Alcohol! Delicia que me abraza.
Amigo fiel de los que gimen.
¡Beber! ¡Beber! La vida pasa.
¿Quién ronda al pie de nuestra casa?
¡El crimen!

Doce años ya, desnuda y sola,
sin madre. El padre en el oficio.
¡Cuerpo de luna y amapola!
¿Qué viento arrastra esta corola?
¡El vicio!

Hambre, dolor, crimen, usura
y vicio y frío. ¡Horrible suerte!
¡Oh, vida negra! ¡Oh, vida dura!
¿Quién pondrá fin a esta amargura?
¡La muerte!

(Poema escrito por Guerra Junqueiro)

Abilio Manuel Guerra Junqueiro
(Freixo de Espada à Cinta, 1850 - Lisboa, 1923)
Político, periodista y poeta perteneciente a la llamada "Escola Nova"

lunes, 6 de noviembre de 2023

Desengaño sobre cómo son las personas


Rafael Arévalo Martínez
(Ciudad de Guatemala, 1884 - 1975)
Escritor, poeta, ensayista y dramaturgo

LOS HOMBRES -LOBOS

Primero dije "hermanos" y les tendí las manos;
después, en mis corderos hicieron mal sus robos,
y entonces en mi alma murió la voz de hermanos
y me acerqué a mirarlos: ¡y todos eran lobos!

¿Qué sucedía en mi alma que así marchaba a ciegas,
en mi alma pobre y triste que sueña y se encariña?
¿Cómo no vi en sus trancos las bestias andariegas?
¿Cómo no vi en sus ojos instintos de rapiña?

Después yo, también lobo, dejé el sendero sano;
después yo, también lobo, caí no sé en qué lodos,
y entonces en cada uno de ellos tuve un hermano
y me acerqué a mirarlos: ¡y eran hombres todos!



DECEPCIÓN AMOROSA

Una vez la miré, sin otra ropa
que la tela de vidrio de una fuente.
Mi amor para alcanzarla fue impotente
y mi alma de cristal, que era una copa,
se llenó de tristeza eternamente.

EL POETA

De todas esas almas de cristales
recogí los dolores inmortales.
Nada más doloroso que yo existe.
Yo soy amante, beodo, loco y triste.

(Poemas escritos por Rafael Arévalo Martínez)


El escritor guatemalteco, precursor del realismo mágico y adscrito a la generación del 10, aparece aquí fotografiado en un momento impreciso de su juventud