HABLAN POCILGAS DE OBREROS
Chiquillos flacos sin abrigo.
Pobre el jergón, la ropa leve.
Cuarto sin luz, mesa sin trigo.
¿Quién ha llamado a mi postigo?
¡La nieve!
La usura me hurta el bienestar.
Mis deudas chupan. Negro enjambre.
¡Qué invierno vil! ¿No ha de acabar?
¿Quién se sentó junto a mi hogar?
¡El hambre!
Húmedo el piso, y recostado,
el niño duerme en él. ¡Señor!
La madre llora. El padre a un lado.
¿Quién vive allí tan mal casado?
¡El dolor!
¡Alcohol! Delicia que me abraza.
Amigo fiel de los que gimen.
¡Beber! ¡Beber! La vida pasa.
¿Quién ronda al pie de nuestra casa?
¡El crimen!
Doce años ya, desnuda y sola,
sin madre. El padre en el oficio.
¡Cuerpo de luna y amapola!
¿Qué viento arrastra esta corola?
¡El vicio!
Hambre, dolor, crimen, usura
y vicio y frío. ¡Horrible suerte!
¡Oh, vida negra! ¡Oh, vida dura!
¿Quién pondrá fin a esta amargura?
¡La muerte!
(Poema escrito por Guerra Junqueiro)